Por supuesto que Trelew merece una visita más larga, quizá mientras nos alojamos en Puerto Madryn. Son imperdibles el Museo de Paleontología Egidio Feruglio y la vecina localidad de Gaiman, con varias casas que se dedican a servir el delicioso té galés y un pequeño e interesante museo de la colonización galesa.
Como ya hemos estado aquí en otras oportunidades, hoy pasamos sólo para conocer esta pequeña joya del pasado.
Este hotel, reliquia de la ciudad, fue construído en su primera versión en 1895. En su estado actual data de los años 20.
Casi todo en esta confitería es de otra época, con alguna concesión a la modernidad que desentona un poco, como ser un teléfono semipúblico, el infaltable televisor, una máquina de café 'a la italiana', y la registradora fiscal homologada...claro que las versiones anteriores, mucho más románticas y estéticas, están también para que la imagen del pasado no se diluya. Colecciones de botellas (en uso), fotografías, cuadros, piso de baldosas a cuadros blanco y negro, techos con molduras, ventiladores, luces...todo contribuye al efecto. Incluso la 'barwoman' parece de la época....
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A mi me emocionan estas cosas. En este tipo de local, nuestros viejos y aún nuestros abuelos se tomaron sus cafés y quizá alguna ginebrita, a lo mejor hasta algún fernet...
ResponderEliminarY en este preciso lugar, es muy posible que en mi misma silla se haya sentado Saint-Exupery, y en otra silla quizá de un modelo anterior, Butch Cassidy...
Qué lindo lugar !!!
ResponderEliminarBuen dato para cuando la vida nos lleve a trelew otra vez.
Besos