Aprovechamos un esplendoroso día, no muy caluroso, para subir al Cerro Otto y llegar caminando hasta la llamada Piedra de Habsburgo, quién sabrá el porqué del nombre.
Para evitarnos el camino de subida en auto, un poco embolante, decidimos usar el teleférico... hay descuento para jubilados!
El sendero, como siempre, hermoso, y lleno de amancay todavía sin florecer en las zonas con menos sol.
Y con flores, también.
Subimos, pasamos la tranquera de Arelauquen...los turros cada vez la cierran un poco más, hay que hacer contorsionismo pero no nos vamos a detener por eso! Arriba con todo!
Arriba, nos encontramos con un esquivo amiguito...
Casi no tenemos tiempo de saludarlo!
El panorama es fabuloso.
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