domingo, 15 de febrero de 2015

Se nos fue #SkyMall... Con qué nos entretenemos ahora?

Los viajeros de duelo.
foto Wall Street Journal 
Con qué nos entretenemos ahora? Se nos fue #SkyMall!

Luego de 25 años en que las 'novedades' que ofrecía Sky Mall nos divertían en muchos vuelos, tanto internacionales como internos en EEUU, la empresa ha decidido declararse en quiebra.

Los que dormimos poco, o directamente no dormimos en los vuelos, cada vez estamos más amenazados por la estrechez del espacio reservado a los pasajeros en 'económica'. Recién ahora están difundiéndose las pantallas individuales para ver alguna película, y tímidamente se comienza a dar servicio de wi-fi.(de paso, consignemos que la compañía atribuye sus pesares, entre otras cosas, a la proliferación del wi-fi, que amplía al infinito la oferta voladora a compradores compulsivos)

A nosotros los insomnes y durante mucho tiempo, Sky Mall nos ofreció la posibilidad de acercarnos gratuitamente, mediante la lectura de su catálogo,  a un mundo de fantasía. Allí se ofrecían objetos increíbles como portarollos de papel higiénico con enchufes USB, infinita variedad de masajeadores de pies, máquinas para hacer ejercicios, alimentadores automáticos para nuestro gato y hasta zombies emergiendo de la tierra para colocar en el jardín y sorprender a nuestros amigos en alguna próxima reunión. Lapiceras, relojes, un 'carry-on' con patineta incorporada para no llegar nunca tarde a nuestra puerta de embarque, reproducciones de la espada de Aragorn, la daga de Frodo y miles de objetos que seguramente alguien compraría, pues de otro modo la compañía no hubiese durado los sorprendentes 25 años que duró. Y, de vez en cuando, podía también descubrirse una verdadera y utilísima perla y luego conseguirla en algún otro lugar a un precio razonable! (recuerdo un cajoncito de madera con separaciones, para ubicar los múltiples cargadores de nuestros celulares, mp3s, cámaras, etc., con una única conexión a la red eléctrica, de manera de tener todo oculto, ordenado y a mano)...

Para mí y muchos otros, significaba un buen rato de asombro y diversión en la primera hora del vuelo. Ahora, sólo nos quedan las instrucciones de seguridad de vuelo y la generalmente anodina revista de viajes de la aerolínea.


Una pérdida irreparable.


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