Entramos
al Parque Nacional Torres del Paine.
Es
famoso el clima de la zona, y muchos visitantes se van con la
impresión de que el Diluvio debe haber sido por aquí nomás... a nosotros
nos tocará tiempo muy cambiante pero no nos podremos quejar para
nada.
Se trata de un parque bastante compacto, con el macizo que le da nombre como característica principal. Con una historia geológica similar a nuestra zona de El Chaltén, los imponentes montes componen dos conjuntos principales: las Torres (arriba, a lo lejos), y los llamados Cuernos del Paine.
Paine es el nombre de uno de los ríos que circulan por la región y la palabra significa azul (o celeste) en mapuche.
El
parque está surcado por una red de caminos que puede llevarnos a
conocer los lugares más importantes. Además, multitud de senderos
para ser descubiertos por los viajeros más voluntariosos, de
distintas dificultades, desde pequeños trayectos de una o dos horas
hasta una vuelta al macizo de siete días...
Aparte
de los picos, son notables varios lagos y lagunas, una vegetación
que va de bosque a estepa y una fauna patagónica de mucha variedad.
Estuvimos
en el parque tres días, durante los cuales recorrimos los caminos
varias veces. El tiempo nos acompañó bastante. Para mayor
comprensión, en sucesivos posts iré ordenando las fotos de acuerdo
a cada zona , abandonando toda pretensión cronológica! Y
los distintos estados del tiempo y horas del día, con sus diferentes
cualidades de luz, nos irán mostrando diversos aspectos de estos
maravillosos paisajes.
En
la próxima entrega, una serie de vistas de las Torres del Paine.
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