#riadeseado #patagonia
Nos levantamos con una nueva dosis de optimismo, el día está magnífico y nos corremos hasta el puerto, donde nos embarcamos en un semirrígido para una recorrida por la #RíaDeseado.
El mar penetra unos 40 km desde la desembocadura, de manera que ese espacio es una mezcla de ambientes de río y mar, una frontera muy particular donde la vida marina se presenta con esplendor. Vamos viendo acantilados con colonias de cormoranes grises, roqueros o de cuello negro, reales, imperiales.
Todos estos hacen rancho aparte, las colonias no se mezclan aunque pueden convivir en el mismo espacio. 
Además, gaviotas de diversas especies y gaviotines. Luego es el turno de los lobos marinos.
El bote se desplaza hacia adentro de la ría para buscar zonas donde haya toninas overas. Parecen pequeñas orcas, y sus manchas negras y blancas son distintas en cada individuo. Como todo buen delfín (delfín de Commerson), la tonina es simpática y juguetona, y le gusta investigar quienes son esos bichos raros subidos en un bote y tomando fotos a lo pavote. Saltan menos que los delfines grises, pero salen bastante a respirar, así que alguna que otra docena de imágenes pude captar.
Mantengan la sintonía!
Nos levantamos con una nueva dosis de optimismo, el día está magnífico y nos corremos hasta el puerto, donde nos embarcamos en un semirrígido para una recorrida por la #RíaDeseado.
El mar penetra unos 40 km desde la desembocadura, de manera que ese espacio es una mezcla de ambientes de río y mar, una frontera muy particular donde la vida marina se presenta con esplendor. Vamos viendo acantilados con colonias de cormoranes grises, roqueros o de cuello negro, reales, imperiales.
Todos estos hacen rancho aparte, las colonias no se mezclan aunque pueden convivir en el mismo espacio. 
Además, gaviotas de diversas especies y gaviotines. Luego es el turno de los lobos marinos.
El bote se desplaza hacia adentro de la ría para buscar zonas donde haya toninas overas. Parecen pequeñas orcas, y sus manchas negras y blancas son distintas en cada individuo. Como todo buen delfín (delfín de Commerson), la tonina es simpática y juguetona, y le gusta investigar quienes son esos bichos raros subidos en un bote y tomando fotos a lo pavote. Saltan menos que los delfines grises, pero salen bastante a respirar, así que alguna que otra docena de imágenes pude captar.
Estos animales me producen una emoción intensa, casi una ternura.
Finalmente recalamos en una isla con colonia de pingüinos magallánicos, viejos conocidos que ya no nos producen tanto asombro.
Mucho cachiyuyo (un alga en forma de largas cintas, en manojos) en la ría.
Volvenos volando, literalmente, sobre las olas, así que los golpes del fondo contra el oleaje producen alguna nerviosidad en el equipo.
Al llegar los muchachos biólogos que nos llevan nos dan dos buenas noticias: han logrado juntar un mínimo de personas para el viaje a Isla Pingüino de mañana, y el pronóstico de WindGuru (esta aplicación web no la conocía, es utilísima para la navegación) dice... viento a favor a la mañana y calmo a la tarde! Genial! La socia decide quedarse a descansar así que mañana partiré a conocer a los pingüinos de penacho amarillo, en uno de los pocos asentaderos que tienen en el mundo.
Me deja pensando la Ría Deseado... será que la frontera entre ambientes, la diversidad, es un aliciente para la creatividad? Parece ser así entre los humanos...
Mantengan la sintonía!
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