Lo que impresiona mal, mal, es la cantidad de basura que se ve por todos lados. En paseos, playas (sobre todo playas) y en la ciudad la basura se amontona y nadie la retira. La eficacia municipal brilla por su ausencia, literalmente.
Lo de las playas es otro tema. Ha cambiado el perfil del visitante. Ahora mucha gente, sobre todo con chicos jóvenes, camina poco por la montaña y prefiere quedarse en una playita de piedras, junto al agua helada de algún lago o río, aguantando el calor del mediodía para poder a la vuelta lucir un bronceado como los que se obtienen en la playa. También se nota la afluencia de la gente del lugar, sobre todo los chicos porque están de vacaciones y los grandes los sábados y domingos. En esos días mejor buscar programas bien lejos y más inaccesibles!
Como siempre, el Circuito Chico es una serie de postales a cual más bonita. Los tipos que eligieron el lugar para el hotel Llao-Llao realmente la pegaron.

Allí había una imagen religiosa hecha en hierro, parece haber sido arrancada. En el pedestal que aún queda, alguien ha pintado 'libertad de culto'. Y ni hablar de los atentados contra monumentos reivindicando supuestas originalidades!
Este post es del 2009, por lo que he visto y me cuentan amigos las cosas están más o menos igual. Lo que se mantiene inalterable es la majestuosidad del paisaje, que es imperdible. Vamos Bariloche!
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