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Rio Mayo. Enero 11, 2009.
Esta mañana estaba programado el Campeonato de Esquila.
La socia no estuvo de acuerdo en quedarnos, ya que teníamos un largo viaje hasta #Esquel. No hubo caso con ver ninguna esquila.
Pensé que podríamos aunque sea ver algunos gauchos en camino al estadio, pero cuando pasaron, estaba acomodando las valijas y no pude fotografiarlos.
***
Nunca les comenté que el armado del baúl del auto es una ciencia y un arte? Además de un deporte que requiere destreza y fuerza muscular.
En cada etapa, me entreno.
Bajar cosas es ejercicio menos completo, porque muchas veces sólo bajamos alguna valijita y bolso. Pero volverlas a poner, es otro precio!
Salimos entonces rumbo a Esquel. Tomamos la Ruta 40, ya con unos pocos kilómetros de ripio y luego pavimento.
Claro que bien poceado, porque el mantenimiento ha sido escaso.
Esquel.
En Esquel nos alojamos en una pequeña hostería, más bien un bed and breakfast, de nombre Nido de Cóndores.
Antiguamente, nos informaron, la casa perteneció al originador de la raza canina dogo argentino. o sea que la casa tiene su historia.
Está en las afueras de Esquel, en una altura y dominando la ciudad, y está preciosamente mantenida, una belleza.
Muy recomendable!
El desayuno es simple pero abundante, y ya luego del primer té, Tootsy (la dueña, encantadora anfitriona) nos había comentado los aspectos salientes de su biografía.
Y resultó ser pariente de otra gente que hemos conocido por estas regiones. El mundo definitivamente es chico.
Esta vez vamos a estar sólo dos días aquí, ya vinimos el año pasado y por lo tanto la excursión maestra, la del Alerzal Milenario, no la vamos a hacer esta vez.
Por eso nos dedicamos a ver algunos detalles, tomándonos todo con tranquilidad.
Un día fuimos al Parque Nacional Los Alerces, del lado de la villa.
Ésta está muy cambiada, con mucha más vegetación que lo que recordábamos, y mucho abandono en la parte del Parque Nacional.
Antes había un Centro de Interpretación, ahora lo están restaurando y con pronóstico reservado; había un sendero interpretativo que se quemó y no lo volvieron a hacer... eso sí, en el cobro de entradas se nota una mayor dedicación.
Y pensar que ésto es lo que les vamos a dejar a nuestros nietos y bisnietos...
Sigue muy linda y muy cara la Hostería Huechulafquen, con su tradicional arquitectura. Sanguchito y coca, unos buenos manguitos pero en un ambiente único.
Luego leemos un par de horas en la playita de Puerto Limonao, admirando el paisaje.
Trevelin
De allí despacito a Trevelin, antigua colonia galesa, a tiempo para... sí, adivinaron! Tomar un buen té galés.
Luego una visita al museo de la colonización galesa...
Algo que molesta: a pesar de carteles que lo prohíben, la gente saca fotos con flash a discreción, ante la mirada indiferente del personal del Museo.
El flash puede dañar los colores, caramba!
Nuevamente Esquel.
Volvemos para Esquel, admirando en el camino un impresionante panorama de cielo nublado y pastos amarillos iluminados por el sol poniente. Es el famoso Valle 16 de Octubre, nombre que homenajea la fecha de la sanción de la Ley de Territorios).
En resumen, hemos pasado un día maravilloso!
En el segundo día exploramos la laguna La Zeta y el rio Percy, sitios frecuentados por los lugareños debido a su cercanía a la ciudad, pero so-sos.
Leímos, nos mandamos nuestros sanguchitos de queso y tomate y nos la tomamos con soda. Hermoso día.
En esta ciudad cumplimos también con tareas logísticas como lavado de ropa, tratar de arreglar el aire acondicionado del auto (negativo), llamadas telefónicas, mails y blog,...
Algunas fotitos más?
click aquí abajo
Felicitaciones. Que lindo disfrutar de nuestra amada Patagonia!
ResponderEliminarGracias Gabriel... la Patagonia es siempre disfrutable... con cuidado, puede ser muy exigente!
ResponderEliminarQue interesante y ágil el relato! Estuve por la zona, pero me falta mucho por conocer....Espero volver, y en en ese caso voy a tener muy presente tu relato. Muchas gracias por compartir!
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