Luego de unos cuantos días, encuentro casi todas las condiciones y los astros favorables como para comenzar a escribir... curiosamente esto de contar con una laptop funciona a veces como una desventaja, porque uno se entretiene con otras cosas, como la opereta del Banco Central o los consejitos de la presi sobre la carne de chancho.
Lo que no he podido descifrar es cómo poner acentos o eñes en esta máquina. De manera que, con perdón de los puristas y de mi mismo, por ahora las cosas serán un poco a lo Tarzán. La edición de las fotos tampoco sera óptima... bueno, algunos defectitos hay que tener...
Comencemos por el principio. Salimos en un día esplendoroso, con mucho sol y mucho, mucho calor. Durante el viaje el mucho calor se fue concentrando y a medida que avanzábamos hacia el sur, peor se fue poniendo. Muchas veces nos acordamos con agradecimiento del o los inventores del aire acondicionado, porque si no hubiese sido por ellos este hubiera sido un viaje para la historia, por lo pesado.
Pero gracias a estos benefactores de la humanidad, sólo nos acordamos de la canicula en nuestras paradas, que por uno u otro motivo acostumbramos a hacer mas o menos cada dos horas.
Rutas donde se paga peaje nada más que para que se corte el pasto de las banquinas...
Hay un tramo de ruta muy recomendable. En lugar de llegar hasta Santa Rosa, se dobla luego del poblado de Lonquimay hacia el sur por la ruta prov. 1 hasta Macachín, luego la 18 hasta retomar la 35. Son dos lados de un rectángulo, así que sin costo en km esquivamos Santa Rosa y su tránsito de camiones, y además circulamos por una ruta casi desierta, en medio de campos bellísimos, suavemente ondulados y con bosquecitos intercalados aquí y allá, que van siendo más y más de caldenes puros a medida aque avanzamos. Es bueno ver que todavía quedan caldenes en la pampa...
Llegamos a nuestro destino, General Acha, a la tarde, luego de ir viendo en la última hora una gran tormenta, columnas negras de agua cayendo, pero que esquivaron a la ciudad, donde el termómetro marcaba 38°C y la térmica más de 40.
Nos zambullimos en nuestro dormitorio con aire acondicionado, emergimos un rato despues para ir a cenar, y de vuelta al relativo fresco.
Mañana nos aguarda un tramo largo: hasta Villa La Angostura. A dormir!
Guarda como un tesoro las fotos de los girasoles, porque como van las cosas solo se podrá observar campos de soja. ¡Qué lindos son los campos de girasol!
ResponderEliminarYa tengo en un cuadrito, algunos granos de girasol, para mostrarle a mis nietos...
ResponderEliminarqué gusto leer otra serie de nuevas andanzas !!!! ( y qué lindos esos tramos de ruta en los que uno entra como en trance...)
ResponderEliminarHoy he agregado acentos y eñes a todas las entradas hasta la fecha!
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