miércoles, 17 de marzo de 2010

Puerto Octay - #Chile

Antes de llegar a #PuertoOctay, entramos en la península Centinela para visitar el antiguo hotel, hoy remozado y con una vista espectacular. El lago, los volcanes... todo lo vimos en el folleto del hotel, pues a pesar de haber sol, la otra orilla del lago Llanquihué se mantuvo oculta, como todos los demás días.
La construccíón, una joya de principios del SXX...


Dicen que una vez se alojó aquí el duque de Windsor.
Como ya eran como las 4 de la tarde, y volviendo de nuestra excursión por el sur de Puerto Montt, aprovechamos para tomarnos un tecito, yo con la infaltable kuchen, Glo con un lindo sanguchito de pan amasado (tipo caserito, calentito y recién hecho).
Toda la zona abunda en clubes y casas que atraen turismo, y que obviamente no son para uso de la gente que vive en el pueblito. Este conserva su sabor antiguo, pero todavía le hace falta una buena lavada de cara, a pesar de que vemos progresos  con respecto a nuestra visita de hace unos años. Como siempre el atractivo son las antiguas construcciones que mezclan estilos europeos con artesanía local y dan productos muy bonitos.
La iglesia, en una zona alta:


Recorremos las principales casas antiguas, algunas muy bien mantenidas:


La buena noticia la da la recuperación del antiguo hotel Haase, una ruina en nuestra anterior visita, con sus galerías en dos plantas.


Nos volvemos a Frutillar, despacito por el camino, viendo las antiguas casas grandes de las explotaciones agropecuarias...también capillas, cementerios en el medio del campo...


Un aviso en esta anuncia misa los primeros domingos.
Otro, en el cementerio, solicita a los deudos pasar a abonar su alquiler antes del 31/12/99, bajo apercibimiento de desalojo... uno se queda pensando si habrá ido alguien, ya que nadie se tomó el trabajo de sacar el cartel. Hace ya más de diez años...

Volvemos a Frutillar silbando bajito, a tiempo para un baño, y al concierto sinfónico... hoy, (ya hablamos de esto) es el último de la Semana Musical, varios discursos, flores, despedidas... y una promesa... el año que viene en el Anfiteatro del Lago!
Una Carmina magnífica, a cargo de Michal Nesterowicz.
Luego, cena memorable en el Club Alemán...gambas al pil-pil, caldillo de congrio, salmón grillé... y frambuesas con crema.
Tratamos de caminar un poco para bajar todos estos nutrientes, pero el viento frío conspira... volvemos al hotel, a la prosaica tarea de armado de valijas... mañana dejamos Chile y nos volvemos a Villa La Angostura, del otro lado de la Cordillera.

Mis fotos de Puerto Octay:

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