lunes, 11 de abril de 2011

A Coruña - #Galicia

#acoruña

Contenido actualizado 06/2017

Contents revised and updated 06/2017


De Viveiro al Oeste, no seguimos la costa sino que nos vamos más o menos horizontalmente hacia La Coruña (A Coruña), donde nuestro plan original era quedarnos por la noche para seguir luego por otras de las Rías Altas, pasar por Finisterre y llegar a Santiago.

Ya llegando nos dimos cuenta que el plan era demasiado ambicioso y que la ciudad merecía que nos la tomáramos más en serio y le dedicáramos unas cuantas horas. 

El hotel era muy confortable y lo conseguimos con una oferta insuperable. (Siempre hay que investigar los sitios web) 

Decidimos descansar el resto del día, y a la mañana siguiente dedicarnos a recorrer, y a la tarde recién enfilar derechito hacia Santiago. Y no nos arrepentimos.


Aclaremos para empezar que el nombre oficial, en Galicia, es A Coruña, en gallego. La Coruña es el nombre castellano y así figura en algunos mapas.

El centro de la ciudad se extiende sobre una península unida a tierra firme por un estrecho istmo, por lo que presenta dos frentes marítimos distintos: la zona portuaria (hacia la ría de La Coruña, de aguas tranquilas) y otra de mar abierto, zona más residencial y de playas. Una configuración ideal... el puerto separado de las playas, pero cerca.



Por la mañana, entonces, nos damos una vuelta por el parque donde está la famosa Torre de Hércules, que es un faro construído por los romanos que todavía está en uso, claro que con otra lamparita.



También hay unos monumentos recordatorios del pasado neolítico de la zona...



No tenemos tiempo para tomar el tranvía turístico, pero hacemos el recorrido en auto, viendo las dos costas.

Y luego, a caminar por el sector antiguo, empezando por la Plaza de María Pita.


Interesante la historia de esta mujer, similar a la de alguna de las nuestras cuando las invasiones inglesas a Buenos Aires.

Resulta que de aquí zarpó la 'Armada Invencible', sus restos volviendo con los desastrosos resultados conocidos.

Un año después, Francis Drake intenta tomar la ciudad, a modo de represalia y para ver qué se podía llevar.

Sitiada la ciudad, perforan la muralla en un punto, y un alférez británico, con bandera y todo, sube al frente de las tropas... los defensores eran pocos y desmoralizados... en ese momento, María, que acababa de ver morir a su marido en la defensa, mata al alférez y le arrebata la bandera...

Las versiones difieren acerca del arma usada por María: que una piedra, que la espada de su marido, que un arcabuz... lo concreto es que esta acción levanta la moral de los defensores y baja la de los atacantes, que al final deciden buscar por los mares algún otro objetivo más fácil. Y sobre todo sin mujeres corajudas.



Y lo más notable, es que María, con el correr de los años, logró que Felipe II le otorgara grado y sueldo de alférez.

Muchas cosas se llaman hoy María Pita, en recuerdo de esta acción.
Y la plaza con su nombre es el inicio ideal de un paseo por la ciudad vella...allí vamos.

(Muchos años después, cuando Napoleón invade España, tropas inglesas al mando de John Moore tratan de contenerlo, pero son rechazadas y finalmente retroceden indisciplinada y vergonzosamente, saqueando pueblos españoles, y finalmente logrando embarcarse en este puerto, en un episodio tipo Dunkerke. Moore perdió su vida aquí, y un hermoso parque lo recuerda.)

Linda atmósfera, gente amable, se oye mucho gallego...



Caminamos y caminamos, descubriendo pintorescos rincones a cada paso. Y cuidándonos del tránsito.


Iglesias, plazas, conventos, casas particulares...



Y una hermosa fuente recordando el camino de Santiago.


Bajo una plaza hay unos baños públicos, subterráneos. Bajamos con la natural prevención, y encontramos instalaciones pulcras, in-odoras, im-pe-ca-bles!

La sorpresa: en un pequeño negocio de antiguedades, nos encontramos con una vieja conocida!


Mención especial para una característica de A Coruña: la profusión de balcones cerrados. Aquí les llaman galerías. Y han dado origen al sobrenombre: la Ciudad de Cristal.



Y cuando el hambre aprieta, nos instalamos en un simpático restaurant, en una callecita del barrio viejo, a disfrutar...

Gloria jamón con pan, y yo... pulpooooo! A feira! (simplemente hervido, sal, aceite de oliva y pimentón)




Y esta vez, Cris, con un buen blanco...

Luego del café, salimos despacio y silbando bajito, tomamos la autopista y admirando verdes paisajes, en menos de una hora llegamos al corazón de la galleguidad... Santiago de Compostela!

Pero esto ya será tema de nuestra próxima entrega. Continuará....

3 comentarios:

  1. no es buena idea leer este blog cuando se tiene hambre...qué envidia esos platos !!!!! jejeje

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  2. ... ESA FOTO CON EL PULPO ENTERO ES ESPECTACULAR.... Y SUPONGO QUE HABRÁS TOMAD OUN BUEN VINO DE RIBEIRO. Por el montadito ni fu ni fa porque seguro que fue sin un trago de vino.... o no????

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  3. El vino era bueno pero no caro...el montadito estaba buenísimo...
    A veces, no toma vino el que quiere, sino el que puede...pero fue probado. Doy fe.

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