El Imán de Piedra - 1- Imágenes de la Patagonia

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El imán de piedra.
Germán Sopeña (de un artículo suyo sobre el monte Fitz Roy, incluído en el libro 'Mágica Ruta 40' de Federico Kirbus, de quien era colega, compañero de viajes y amigo)

"Una imagen inconfundible domina miles de kilómetros cuadrados a la redonda en la Patagonia Austral. Es el mágico cerro Fitz Roy, acaso la vista más cautivante de toda la cordillera argentina pese a que su altura (3405m) no compite con la de los gigantes de Mendoza o Catamarca, cuyas cumbres lo duplican.

Pero el Fitz Roy es algo único, y al verlo uno entiende por qué los antiguos habitantes tehuelches lo reverenciaban como un lugar sagrado. Era la morada del dios del fuego, Agschen, y lo bautizaron Chaltén (volcán).

Su conformación maciza y vertical en medio de una serie de agujas igualmente impresionantes - los picos Torre, Egger, Poincenot, Cuatro Dedos, Saint-Exupery – recuerda inevitablemente una gigantesca catedral de piedra y hielos en medio de la soledad y las distancias infinitas."

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Francisco P. Moreno (el Perito) también pensó que se trataba de un volcán.

Lo llamó Fitz Roy en homenaje al marino inglés que en 1833 lo había divisado a lo lejos. 

Fitz Roy no pudo llegar al Lago Argentino remontando el río Santa Cruz, cosa que sí lograron posteriormente Feilberg (1873) y Moreno (1874), quien finalmente le dará el nombre de Argentino.

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Para captar una bella imagen del Fitz Roy rojizo, es necesario estar, al Este y al amanecer, en un lugar con buena visión. Impracticable para nosotros!

Me tengo que conformar con las últimas luces del atardecer... con un poco de suerte, el tiempo nos acompaña y por un ratito el Imán no tiene nubes, aunque el cielo está lleno.
Y un rayito del último sol se cuela y lo ilumina de costado!

La atracción del Fitz Roy y de su corte de agujas ha sido grande para los escaladores de todo el mundo desde hace mucho tiempo.

Y también para los amantes del senderismo, por lo que se conoce a El Chaltén como 'Capital Nacional del Trekking'.

Tanta gente dedicada a las actividades de montaña le da un aspecto muy particular, muy simpático, al pueblo. Se siente un clima diferente en el aire.

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La población de El Chaltén fue fundada en 1985, con el objeto de tener un asentamiento argentino en un momento de diferendo limítrofe con la vecina Chile a raíz de la Laguna/Lago del Desierto.

Sus comienzos fueron lentos, pero a los pocos años su crecimiento era vertiginoso, a medida que el turismo se iba afianzando como actividad principal.

Cuando estuvimos, observamos mucha desprolijidad urbanística, con lotes pequeños, ninguna zonificación, basura, cables aereos, evidente desaprensión de locales y visitantes y otros problemas que esperemos estén en vias de solución.

Porque realmente, el emplazamiento del pueblo, con el Fitz Roy de fondo, y el Río de las Vueltas de frente, Laguna del Desierto al norte y glaciar y Lago Viedma al sur, es espectacular. Sería una pena que el hombre terminara arruinando tanta belleza, tantas posibilidades, tanto futuro.

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Nos gusta mucho la iglesia 'Nuestra Señora de la Patagonia', con su recubrimiento de chapa estilo patagónico.

Una placa recuerda al escalador austríaco Toni Egger, muerto escalando aquí la aguja que lleva su nombre.

Trekking. 

Las posibilidades son muchas, desde paseos cortos para todo público hasta expediciones de varios días. Obviamente, cuanto más alto y cerca del Imán, mejores son las vistas y más duro el trekking.

De acuerdo al tiempo disponible, al clima y a nuestras posibilidades, pudimos hacer estas visitas:

1- Laguna Capri. 

Ofrece la posibilidad de ver el conjunto de frente, si bien hay un monte delante.

Recorremos en auto la ruta (23) que va hacia Lago del Desierto. Llegamos hasta el comienzo de la senda.

Desde allí, nos tomó 2 horas el ascenso hasta la laguna.

Vamos a paso tranquilo y tomándonos tiempo para disfrutar las vistas.

El Río de las Vueltas.

Mantos de nubes ocultan al Fitz Roy, pero sus socios vigilan...

La vegetación nativa, aunque conocida, siempre nos da alguna sorpresa.

Allí descansamos, reparamos fuerzas con suculentos sandwiches y esperamos una hora y media a que se despejaran las nubes...

Finalmente logré, con la santa paciencia, una foto del Fitz Roy casi sin nubes!

Luego descendimos, en una hora y media.

2 - Lago del Desierto

Nuevamente por la ruta 23, llegamos a la cabecera sur del lago. Allí nace el Río de las vueltas.

Si siguiéramos por el camino hacia el norte, encontraríamos un hermoso valle longitudinal entre cadenas montañosas, lo que le garantiza el microclima que origina su verdura y fertilidad.

Caminando 'un poco' más al norte, podríamos llegar, como el Perito Moreno, al lago San Martín.

También se puede tomar una lancha que lleva hasta la cabecera norte.

Nos contentamos con holgazanear un rato aquí!

Luego subimos por una senda, hacia el oeste, que nos brinda nuevas vistas hacia el macizo del Fitz Roy.

Nubes y más nubes...

Mientras vamos caminando por el bosque, la Naturaleza nos regala visiones de su magnífica diversidad.

Un glaciar colgante...

Hongos y líquenes, aliados del bosque que cooperan en su regeneración.

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Cómo era la vida en este Paraíso a comienzos del Siglo 20?

Durísima, pura y bella. 
Así la describe, en unos hermosos escritos, el pionero Andreas Madsen.

Danés acriollado, fue marinero, resero, capataz, y cuanto oficio había en ese Sur argentino que recién surgía. 

Inclusive trabajó en la Comisión de Límites de Moreno.

Hasta que pudo alquilar unos campos fiscales en lo que hoy es El Chaltén.

(El macizo Fitz Roy estaba incluído en los terrenos de la Estancia Cerro Fitz Roy, que él fundó)

Amigo de los tehuelches, fue un entusiasta de la conservación del paisaje y luchó por preservar sus campos, y los de otros pequeños pioneros, de la expansión agresiva de estancias más grandes.

Durante las tristemente célebres huelgas de 'La Patagonia Rebelde', su establecimiento fue respetado porque tenía fama de hombre de trato honesto, y su mujer ayudaba en lo que podía a otros pobladores.

Nos cuenta sus vivencias en 'La Patagonia Vieja', y 'Relatos Nuevos de la Patagonia Vieja', y otros, que recomiendo vivamente.

Dos de sus hijos, Pedro y Fitz Roy, fueron guardaparques en la zona.

Hoy su casita se puede visitar. Queda del otro lado del río de las vueltas. Informarse en su web. La visita, únicamente guiada, está a cargo de uno de sus descendientes.

Concluyo volviendo al artículo de Germán Sopeña mencionado al comienzo:

...así como la leyenda del sur patagónico dice que si uno come el fruto del calafate volverá a la región, también puede afirmarse que quien ve una vez el majestuoso Fitz Roy entre las nubes volverá para admirarlo, como atraído por un imán inexplicable.

Es así... para nosotros, hasta ahora en el recuerdo.

Llegó la hora de abandonar El Chaltén... no podemos evitar dar vuelta la cabeza una y otra vez, para captar la última imagen del poderoso Imán!

Ahora debemos retomar la ruta 40 y seguir rumbo al norte. Nuestro próximo destino: el lago San Martín.

Hasta la vista!