Aventura
patagónica: visita al Lago San Martín.
El
trayecto: una pequeña epopeya.
Salimos
de El Chaltén con una llovizna, que al rato se convierte en lluvia
franca.
Nuestro
destino: la estancia El Cóndor, a orillas del lago San Martín. (abajo pongo un link a un mapa)
Cuando
llegamos a Tres Lagos (125 km) buscamos llenar el tanque de
combustible, precaución que siempre conviene tomar en la Patagonia.
En
la estación y bar en que paramos, conversamos con viajeros que
venían por el camino de las estancias que íbamos a transitar a
continuación.
El
primero que pasó nos recomendó esperar, pues estaba muy
embarrado... luego por un buen rato no pasó nadie más.
Comimos
unas empanadas y charlamos con la gente... y, sí, a veces sucede
esto... y, claro, la máquina de Vialidad hace un tiempo que no
viene...
Sale
el sol de a ratos. A la hora, nos animamos. Los próximos 110 km van
a ser una aventura algo estresante. Allá vamos!
La
primera parte, en efecto, está muy embarrada, mucha greda.
El
Polito se agarra bien, y lentamente avanzamos.
Cuando
sale francamente el sol, ya estamos en ripio más duro, y encontramos
algunos vehículos. El auto es un muestrario de los diferentes tipos
de barro que hemos encontrado!
El
cerro Cachaique, a la distancia, es una vista característica de esta
región. Se trata de una mole de granito cuya profundidad no es
conocida.
Según
los geólogos, se trata de un batolito, extrusión de magma
que luego ha quedado a la vista por la erosión de las capas
superiores de la corteza.
Los
criollos de la zona lo apodan 'el Bartolito'.
Al
fin divisamos el agua... el San Martín a la vista!
Pero todavía nos falta una parte escabrosa. El acceso a la estancia es una huella de tierra. Por suerte había pasado 'la máquina' hace pocos días, y se había oreado bastante.
Finalmente, luego de 4 horas de viaje desde Tres Lagos, llegamos a destino.
El
héroe de la jornada descansa junto a la casa de huéspedes.
Orgulloso,
luce sus condecoraciones, obtenidas en el campo de batalla.
La
Estancia.
La
estancia El Cóndor (o Río Cóndor) tiene 40000 Ha. y 25 km de costa
sobre el lago San Martín. Pertenece a la sociedad Cielos de la
Patagonia, que posee varios emprendimientos
conservacionistas / turisticos / inmobiliarios en la Patagonia, con
proyectos a muy largo plazo.
En
este caso, desde hace unos años estos terrenos se dedican
exclusivamente a la recuperación y conservación de la flora y fauna
patagónicas, sin cultivos extensivos ni ganadería. Ya se observan
huemules, por ejemplo.
La
estancia nos provee un buen confort y buena comida.
Hay
un agradable living y una mesa común para las comidas, donde los
viajeros podemos compartir nuestras experiencias. Siempre que haya
otros viajeros, claro.
Como
en nuestro caso no había, por lo avanzado de la estación, tuvimos
ocasión de charlar bastante con los administradores.
Se
ofrecen varias excursiones a caballo, que parecen muy recomendables
por los paisajes que se pueden apreciar, con impresionantes vistas
del lago San Martín / O'Higgins en toda su extensión.
Me
hubiera gustado hacerlas todas, o por lo menos dos: a una condorera, y al
puesto La Nana. Pero, ni el físico ni el tiempo nos alcanzaban!
Hablando de La Nana, buen momento para compartir lo que aprendimos sobre un pionero de la zona.
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Pequeña historia de 'El Jimmy'.
Dentro
del actual perímetro de la estancia estuvo asentado a principios del siglo 20
este casi legendario personaje, inglés devenido tehuelche y
esforzado pionero.
James
Radboone (o Radburn, o Radbourne) nació en Berkshire hacia 1874, de
familia campesina. A los 18 años es contratado para trabajar en el
sur patagónico.
Desde
Punta Arenas pasa a Tierra del Fuego y de allí a Santa Cruz, lugares
donde fue aprendiendo y dominando los oficios de ovejero y domador.
También
se vió envuelto en líos de caballos, mujeres, bebida, juego y
peleas con civiles y uniformados... con el tiempo terminó siendo
buscado por las policías a ambos lados de la cordillera. Al parecer, injustamente.
Pasó
unos años con los tehuelches del cacique Mulato, en la zona de
Última Esperanza, viviendo y vistiendo como uno más.
Se
casa con Juana, una sobrina del cacique, y eventualmente se interna
en la cordillera y se asienta en la zona del lago San Martín, circa 1915.
Aquí
se establece con Juana, con los años va progresando su
establecimiento, tiene 8 hijos, a varios de los cuales tuvo que
ayudar a dar luz... nombró a su estancia 'La Nana' porque ese era
el nombre de su primera hija.
La
estancia conoció años buenos, luego de la Primera Guerra, por el
precio de la lana... y malos, con las disputas por la tierra y la
crisis del 30.
En
1933 es entrevistado, a lo largo de varios meses, por una pareja de
periodistas norteamericanos que acamparon cerca de su casa, invitados por él: los Childs.
Éstas se publican en 1936 en forma de libro, en Estados Unidos.
Digresión:
Herbert Childs cobró luego más notoriedad por su novela 'The Way
of a Gaucho' (El Camino del Gaucho), en 1948, que serviría luego de
base a la película (1952) homónima, que recuerdo haber visto en mi
tierna adolescencia! Se acuerdan de Gene Tierney o de Rory Calhoun?
Aquí
el libro se publicó como 'El Jimmy, Fugitivo de la Patagonia'. Es de amena lectura e ilustra sobre la dura vida que vivían los pioneros de la región en aquella época.
Me
encanta la Patagonia porque a cada vuelta del camino aparecen estas historias... un condimento esencial de un buen viaje!
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Dado
que nuestras habilidades hípicas son bajo cero, decidimos hacer una
caminata por las inmediaciones, que nos dejarán los ojos llenos de
colores.
El río Cóndor y la hostería.
se
puede subir bastante y apreciar amplios panoramas.
Nos
impresionan particularmente el azul turquesa del lago,
y
las flores de notro, que encontramos en abundancia.
A cada paso, si se mira bien, aparecen pequeñas sorpresas.
Flores minúsculas.
Líquenes coloridos.
Como
dije, las excursiones a caballo llegan más lejos y más alto, y por
lo tanto se puede apreciar el paisaje completo ya que el lago da una
vuelta hacia el norte.
Ya
vamos volviendo... hora de comer!
Llega
el momento de despedirnos... qué mejor que con las palabras del
Perito Moreno, que justifica así su elección de nombre para el
lago:
“Llamémosle
lago San Martín, pues sus aguas bañan la maciza base de los Andes,
único pedestal digno de soportar la figura heroica del gran
guerrero.”
Tomamos
nuevamente el camino de las estancias.
Hoy
está seco.
Saludamos nuevamente al 'Bartolito'.
Llegamos
a la 40 y ponemos rumbo al norte.
Vamos
a pernoctar en Gobernador Gregores, pues esta etapa hasta el Parque
Nacional Perito Moreno es muy larga. Hay que descansar y tratar de lavar el auto!
Hasta
la próxima!
Algunos links que pueden serte útiles si querés profundizar:
Sobre El Jimmy y Childs, artículo de Pedro Dobree
Libro sobre El Jimmy por Herbert Childs
Excelente Enrique, muy buenas fotos y cálido relato con historias desconocidas. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias Alberto, cordiales saludos!
ResponderEliminarUn excelente video de Lyra Films, ganador del Eco Film Festival Patagonia 2016. Dura 4'.
ResponderEliminarhttps://vimeo.com/155436690
Hola Enrique qué interesante viaje. Ha sido estupendo descubrir tu periplo viajero por la Patagonia y este precioso lago San Martín, los detalles del viaje, esas pequeñas flores, el barro en el espejo,... Nos seguimos, yo estaré encantada!!! Un abrazo
ResponderEliminarGracias Emerencia por tus palabras! Cómo no! Un abrazo viajero.
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