viernes, 5 de marzo de 2010

El lago Llanquihue

#frutillar  #llagollanquihue

Hacia 1850, la zona del lago Llanquihue era pura selva. Ni originarios había, salvo de paso, pues ya se habían corrido hacia los cordones de la costa por temor a las erupciones del volcán Osorno.
Así que a alguien se le ocurrió poblar la zona con colonos europeos. Vinieron entonces grupos de alemanes, que de a poquito, dominaron la selva y poblaron la zona.
Por esa época, de este lado de la Cordillera todavía no sabíamos bien qué queríamos...
A falta de otros medios, los colonos embarcaban su producción y navegaban el lago hasta su punta sur, en Puerto Varas. De allí, por una senda, llegaban las mercaderías a Puerto Montt, desde donde viajaban por barco hacia el norte. Hay entonces varios puertos y muelles a orillas del lago: Puerto Octay, Frutillar, Puerto Varas, Puerto Fonck, Ensenada...hasta que vino el ferrocarril, que cambió el transporte pero los pueblos siguieron. Hoy la zona sigue siendo agropecuaria, pero el turismo se está convirtiendo en una actividad principal para los centros habitados. Y una parte importante del encanto reside en las antiguas construcciones y en el sabor 'alemán', sobre todo en la repostería!
Llegamos entonces, como íbamos diciendo, a Frutillar.

Frutillar
Elegimos este simpático pueblito como base para visitar toda la zona.
De otras visitas nos había quedado la ilusión de alojarnos en un hotelito frente al lago, situado en una hermosa casa alemana, probablemente la más bonita del poblado. Esta vez lo pudimos hacer.

 El Polito, frente al Bauernhaus.

Claro, resignamos un poco de comodidad, pero estábamos ahí. Debenos figurar en cientos de fotografías que tomaban los caminantes, dado que lo único que había para hacer, para mucha gente, era pasear por la calle.
Los desayunos y las onces, muy buenos...Y la vista desde la habitación, hermosísima.



Esto último, por lo que nos acordábamos y podíamos verificar en las fotografías, puesto que durante todos los días que estuvimos, la lluvia, la niebla y las nubes bajas ocultaron   los volcanes... a duras penas, y a veces, se podía ver la costa de enfrente.



Esta tarde, se ve bastante lejos...

Muchos descendientes de los primeros colonos, por supuesto, se han ido... las propiedades familiares van dando paso a emprendimientos inmobiliarios u hoteles... en la campiña van creciendo las grandes empresas... y el pueblo sigue tratando de inventarse una nueva identidad...

Mis fotos de Frutillar...




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