Siguiendo hacia el oeste por la costa cantábrica, llegamos a Luarca, ciudad ya más grande, villa desde sus orígenes ligada al mar,
Luarca es un puerto pesquero con hermoso sector céntrico y una banquina portuaria muy colorida, donde paramos para recuperar energías.
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En Luarca y sus inmediaciones se come, según sus fanáticos, la mejor fabada de Asturias.
También, por supuesto, productos del mar.
Pero, por razones de tiempo y de digestión, preferimos probar una tabla de quesos asturianos. Había duros, blandos, frescos, bien fermentados, de todo. No recuerdo los nombres... debería haber anotado!
Sólo me quedó en la memoria gustativa el Cabrales. Acompañados de riquísimo pan integral redondo de corteza abundante, espectacular!
Lo curioso para nosotros es que sirven los quesos con una porción de dulce de membrillo, para poder ir cambiando los distintos sabores con el paladar 'sin memoria'... muy astuto. Una fragante y nutritiva experiencia!
Damos unas vueltas por el centro, muy bonito, se ven edificios con balcones y magnífica arquitectura 'indiana'.
Pero no nos detenemos mucho pues queremos llegar con tiempo al pueblo donde nació mi abuela paterna, Pola de Allande, en la zona más montañosa de la Comarca Vaqueira.
Nos paramos a preguntar por el mejor camino, y charlamos un momento con un señor mayor muy amable al cual otro señor presentó como don Pedro.
Y lo primero que dijo don Pedro, diplomáticamente, fue:
_Pola de Allande? Y para qué quieren ir allí?
(era claro que no teníamos el tipo de quien quiere ir allí, en plena montaña, más bien parecíamos turistas del montón)
Gloria le explica lo del pueblito de la abuela.
Allí don Pedro comprende quizá que estuvo un poco bestia, y nos da una completísima explicación sobre los tres posibles caminos que podríamos tomar.
Y al enterarse dónde nos alojaríamos, nos dice: 'allí se come muy bien, se come como leones'
Reconfortados por las explicaciones, nos dirigimos hacia las montañas nuevamente, tomando el camino que el mapa nos indicaba como más adecuado, pero con una linda anécdota en el oído!
algunas fotos más:
Cuando comieron esa exquisita tabla de quesos ¿¿¿¿NO HABIA ALGUN VINITO ? Cariños .Cris
ResponderEliminarHaber, lo que se dice haber, había...
ResponderEliminarLamentablemente tuvimos que abstenernos de tomarlo...teníamos un largo camino hasta Pola de Allande.
Eso sí, allí nos desquitamos...más sobre esto dentro de poco!
Hola!
ResponderEliminarOs mando muchos recuerdos, esos quesos tienen una pinta muy buena.Un abrazo
Marta