Doña Jovita, mi abuela, nació, según su relato, en Pola de Allande, cabecera del Consejo de Allande, en #Asturias. La fecha, incierta. Pero deducimos, a partir del nacimiento de mi padre, descontando los hijos anteriores, etc., que puede haber sido alrededor de 1875.
O quizá nació en alguno de los pueblos de los alrededores, y fue anotada allí.
Era morena y menuda. Muy joven se casó con Manuel, mi abuelo, y como era costumbre en esa época para grandes cantidades de sus paisanos, emigró a América.
Cuáles habrán sido las verdaderas razones? Habrán dejado mucha familia? Habrán mantenido la comunicación por algún tiempo? Cuánto? Agujeros en la memoria...
De don Manuel, poco y nada sabemos. Supongo que habrá sido de algún pueblo de las cercanías, aunque otras fuentes lo dan como de Oviedo. Cosa más difícil, para mí.
Capilla de la Virgen del Avellano. Pola de Allande, Asturias. © Enrique F. Ivern |
La cuestión es que decidieron partir en busca de nuevos horizontes... como tantos, tantos otros.
Recalaron en Uruguay, donde nació su primera hija. Allí parece que las cosas no fueron del todo como esperaban, pues al poco tiempo vinieron a la Reina del Plata.
Don Manuel consiguió emplearse enseguida, fue conserje y luego gerente en un importante hotel de la Avenida de Mayo. Todo gracias al 'linkedin' de aquella época, el boca a boca de sus paisanos.
Mis abuelos tuvieron unos cuantos hijos. Nueve. Alta productividad. El Centenario era una época optimista.
Lo lamentable es que mi abuelo falleció antes de que naciera su noveno hijo... Jovita debió criar a los nueve con muy limitados recursos. Durante un tiempo recibió ayuda de los antiguos empleadores de su marido, luego de un hermano que también había venido aquí, y que, casualmente, también se llamaba Manuel... este tío nunca se casó y fue una ayuda muy importante para la familia.
(Joven con iniciativa, este Manuel tuvo una vida bastante curiosa pues fue algo así como mercachifle siguiendo con su carro de bueyes a las tropas en la Conquista del Desierto, asentándose finalmente en unas tierras en la estepa de Neuquén que parece que le fueron adjudicadas... o las habrá comprado? Estas tierras con el transcurso de los años y las cosas de las sucesiones, se perdieron...)
Volviendo a mi abuela, eventualmente y desde muy chicos, sus hijos e hijas pudieron trabajar y ayudar a mantener el hogar.
Seguramente habrá soñado muchas veces con volver a ver las verdes colinas, los ríos y las cumbres de su tierra... comer sus comidas con ingredientes originales, celebrar sus fiestas, y pedirle o agradecerle algo a la Virgen del Avellano...
Mi padre era muy afecto a contar historias de su niñez y hablaba frecuentemente de ella. De vez en cuando soltaba alguna lágrima también.
Hoy, teniendo la ocasión, no pude dejar pasar la oportunidad de ver con mis propios ojos cómo eran esos lugares, de caminar por las calles, respirar el aire, en fin, de completar simbólicamente el ciclo del emigrante. Aunque todavía desconozco si hay o no parientes en la zona.
Así que éste será mi pequeño homenaje a doña Jovita, mi abuela, la responsable del 25% de mi capital genético, que falleció unos meses antes de que yo naciera.
Saludo este comentario con afecto y "lagrimón"
ResponderEliminarHoracio
Muy linda y conmovedora historia y por mi parte común historia de vida. Hace 5 años fuimos al País Vasco a cumplir con ese ciclo de inmigración. Y encontramos primos de los abuelos con sus familias. Como llegamos sin aviso porque no sabíamos de ellos, nos miraron unos 10 minutos como con susto, temor o extraterrestres. Al final entendieron y bueno volvió la armonía a ese pueblo de 59 habitantes (hacía mucho que no nacía nadie ni moría nadie).
ResponderEliminarGracias Gualterio por su comentario. Sí, es común lo que les pasó a ustedes... he oído cosas bastante peores, como que cerraban las puertas... temores por reclamos de herencias, quizás..
ResponderEliminarA mí no me pasó nada, no pude encontrar ni averiguar nada, caímos en medio de la fiesta patronal del pueblo...