Con nuestra tabla de quesos asturianos en el recuerdo olfativo y gustativo, vamos subiendo desde el mar hacia las montañas.
El día es precioso, el sol radiante y los verdes magníficos. Se va poniendo más montañoso, y las curvas se suceden, una detrás de otra.
La ruta es pavimentada, pero cada vez un poco más angosta, y ya desde Tineo hasta Pola es bastante estrecha.
Vemos pequeñas parcelas, de vez en cuando algún grupo de molinos de viento en las cumbres de las sierras. Pasamos por el medio de pueblitos, o más bien grupos de casas, donde el factor común es que no se ve a nadie, a pesar de que obviamente están habitados.
Finalmente, y casi sin darnos cuenta, entramos en Pola de Allande.
Si algún familiar desconocido no lo ha hecho antes, este retorno del indiano tomó... unos 110 años!
Pola de Allande, Asturias, España. © Enrique F. Ivern 2011 |
Son varios días de jolgorio, con concursos, sorrrrrteossssss, recitales de música, en fin, excusa para pasarla bien, y reunirse los locales con gente de las aldeas y pueblos vecinos...
Luego de desembarcar en el hotel, dejar el auto estacionado en donde se pudo, y arreglarnos un poco, salimos a dar nuestra primera vuelta. A sólo unos metros de nuestro balcón está la plaza, donde a la noche habrá un recital musical.
El primer festejo al que asistimos es un concurso de leñadores. Son equipos de diferentes pueblos que compiten hachando troncos bastante gruesos, en el piso y en altura, y a ver quién termina con el tronco más rápido!
Pola de Allande, Asturias, España. © Enrique F. Ivern 2011 |
En esta zona hubo una gran actividad forestal, hasta que se terminaron los bosques, pero luego se reforestó mucho con pino y eucaliptus.
Por ese día no parece haber nada más programado en la plaza, salvo el mentado recital por la noche.
Así que nos damos una recorrida, apreciando las viejas construcciones, la disposición aterrazada del pueblo, con algunas escaleras mezclándose con las calles, la iglesia parroquial de San Andrés.
Pola de Allande, Asturias, España. © Enrique F. Ivern 2011 |
Pola de Allande, Asturias, España. © Enrique F. Ivern 2011 |
Hay algunas casas con aspecto antiguo, tipo 1870, pero la mayoría parece más moderna, con mayor o menor éxito en integrarse con la arquitectura tradicional. Se destacan, sí, las casas de indianos, como en muchos de los pueblos y ciudades de la zona. Estos indianos eran emigrantes hacia las Américas, mayormente hacia Puerto Rico, pero también a cuanto lugar sea imaginable que, habiéndose hecho, literalmente, la América, volvían y se construían casas majestuosas, verdaderos palacios a veces.
Pola de Allande, Asturias, España. © Enrique F. Ivern 2011 |
Pero se ve, que en otros tiempos, el pueblo fue muy pobre.Trato de imaginarme las calles de tierra, quizá con la principal empedrada, y a las gentes ir y venir, quizá pensando cuándo podrían ahorrar lo suficiente para su pasaje a América... Hay dos monumentos recordatorios de los emigrantes, uno al lado de la iglesia, y otro en la plaza...
Pola de Allande, Asturias, España. © Enrique F. Ivern 2011 |
Nos alojamos en 'La Nueva Allandesa', enfrente del edificio municipal.
Pola de Allande, Asturias, España. © Enrique F. Ivern 2011 |
Cuando hablé para hacer la reserva, me dijeron...” mire que es la fiesta del pueblo” ... en ese momento me pareció una experiencia más completa estar en el medio de todo, en lugar de la hermosa hostería rural que había elegido previamente en Tineo... así que allí fuimos, con plena conciencia. Fue el minuto fatal (alquien se acuerda de ese chiste que aparecía en la revista Rico Tipo?)
(continuará)
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