lunes, 10 de octubre de 2011

Noche de Fado...de Coimbra

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Ya por la mañana habíamos reservado nuestro lugar en  'A Capela', un sitio dedicado al Fado o Canción de Coimbra que ya tenía ubicado previamente. También es restaurant, o más o menos. Y lugar para tomar algo. Y si recuerdan el primer episodio 'Coimbra é dos estudantes', en este lugar fue tomado el primer video, donde se canta justamente esa canción.

En el hotel, además de cobrarnos en efectivo, nos insistieron mucho en que estuviésemos a las 21 hs como máximo, ya que la música comenzaba a las 22.
Así que, bien descansados, nos tomamos un taxi y allá fuimos, arriba en la ciudad vieja.
Era por supuesto, noche cerrada. Llegados a un cierto punto, el chofer nos dice: hasta aquí los puedo llevar, son 200 metros más... la cuestión era que la calle estaba en obras de pavimentación y, salvo una pequeña senda peatonal, era como un campo bombardeado.

Con algunas dudas nos bajamos y comenzamos a caminar... en efecto, a los 200 metros llegamos al lugar... que es, como su nombre lo indica, una pequeña capilla del S14, reconstruída en el S17, hace años desacralizada, usada como depósito y ahora recuperada y convertida en un agradable boliche destinado a la música de Coimbra. 




La puerta, cerrada. La pequeña plazoleta a la cual daba la capilla, iluminada pero desierta. No se veía un alma por ningún lado...no hay timbre ni llamador. Golpeamos por espacio de unos 15 minutos, y nada.

Al fin, ruidos en el interior...nos abre una cara con mucho asombro... pero si todavía no hemos abierto! Vaya, es que en el hotel nos dijeron... bueno, pasen.
Así que pasamos a sentarnos en una mesita, en primera fila... solitos.

A las cansadas empezó a aparecer gente, algunos para ocupar mesitas como nosotros, otros para trabajar... sospecho que la cocinera o cocinero llegó de los últimos.
Finalmente, nos arreglan la mesa, y empiezan a proyectar unos videos muy buenos, de los conjuntos que tocan allí.

El plato principal, un pescado, que ya habíamos encargado a la hora de la reserva, apareció cuando ya los músicos se habían presentado en el escenario... no estuvo mal.
_Postre?
_Mmmmm?
_Doces?
_Doces, no tenemos...
_Entonces, tráiganos dos copas de Porto. Tawny.
_Eso sí que tenemos!

Todos estos diálogos eran laboriosos pues a diferencia de lo que nos ha ocurrido casi siempre hasta ahora, para estos chicos el castellano era una ciencia oculta.
No quiero ni pensar en cómo se habrán arreglado los de la mesa de al lado, que eran franceses... a pesar de que Gloria los ayudó un poco. Porque los chicos, si de castellano nada, de francés, mucho menos.
En resumen, la parte gastronómica bantante flojita. Salvo, por supuesto, el Porto.

****

Pero, la música...aaahhhh, LA MÚSICA!
Ya dije que como aperitivo nos habían proyectado unos videos buenísimos.
Luego se presentaron los músicos: dos guitarristas (guitarra, o sea guitarra portuguesa) y viola (guitarra clásica). La guitarra, de sonido agudo y muy característico, hace la primera voz y la viola la segunda.





Después apareció el cantor (no sé si corresponde llamarlo fadista).
Una voz de barítono muy particular y atractiva. Cantó primeramente esta canción de amor ausente...(Mucho más tarde, buscando por la web, reconocí la voz y me enteré de que se llama Felisberto Queirós. Ciertamente, Google es mi amigo)



Luego fueron alternando canciones con piezas instrumentales, mientras por detrás se proyectaban escenas de ceremonias estudiantiles, paisajes, fotos históricas...

Aquí, el enlace al texto del Fado para um Amor Ausente, para quien le interese.

Nosotros escuchábamos embelesados. Algunas canciones ya las reconocíamos de los videos anteriores, otras las recordaba yo de alguna investigación previa, y otras eran novedades totales... pero todo fue una verdadera delicia.
Trovas, baladas, elegías, romances, serenatas... con un par de intervalos para descansar, el trío nos capturó durante un buen par de horas.

A la salida, nos regalaron un par de CDs, quizá como reconocimiento a nuestra puntualidad!
Pedimos un taxi de vuelta, hicimos los 200 metros por la calle bombardeada acompañando a los franceses, y de vuelta al hotel.

En resumen, una noche inolvidable. Y un lugar sumamente recomendable!

la próxima: seguimos con algunos apuntes sobre la canción de Coimbra.



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