domingo, 24 de enero de 2016

El último domicilio de Leonardo... Clos Lucé

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En 1516 Francisco 1°, quien como hemos visto era un ferviente admirador de todo lo renacentista, invitó a Leonardo da Vinci a trasladarse a Francia y trabajar para él.

En esa época la situación en la península era bastante inestable. Milán había caído bajo dominio francés (o sea, de Francisco 1°). Leonardo estaba en Roma bajo la protección del Pontífice pero tenía poco trabajo. Además, las reputaciones de Miguel Ángel y Rafael iban creciendo.
El argumento de Francisco fué simple: 'Allí serás libre para soñar, pensar y trabajar'.

Leonardo no lo pensó más. Empacó unos pocos cuadros (tres, entre ellos la famosa Gioconda, que luego le compró el rey) y puso rumbo a Francia, con algunos discípulos.

Francisco lo instaló en un palacete de piedra tofa y ladrillo, conocido como manoir de Cloux.


Leonardo vivió aquí desde 1516 hasta su muerte en 1519, habiendo sido nombrado 'primer pintor, ingeniero y arquitecto real'.
Usó esta casa como residencia, taller y laboratorio. Gozaba de un suculento sueldo y la consideración del rey, quien lo trataba como a un padre. En la práctica no era un empleado sino un miembro más de la corte.

Este palacete lo había hecho edificar Luis 11° sobre cimientos galo-romanos. Luego se lo regala a un tal Etienne Le Loup, ayudante de cocinero devenido noble y favorito del rey. En 1490 lo compra Carlos 8° para su esposa Ana de Bretaña. Ana no acostumbraba a asistir a muchas reuniones sociales de la corte, y pasaba mucho tiempo aquí en vida recogida y lamentando la muerte de sus dos hijos a muy temprana edad.

Más tarde, Francisco de Angulême (luego rey) organizaría aquí, junto con su hermana Margarita de Navarra, torneos caballerescos y salones con artistas y filósofos renacentistas, promoviendo el espíritu de la época.

Luego de la era de Leonardo, Francisco instala allí sucesivamente a varias de sus amantes.

En la casa había un oratorio, muy usado en su época por Ana de Bretaña, donde discípulos de Leonardo pintaron frescos con motivos religiosos. Uno de ellos representa a la Virgen con el Niño, delante de una luminosidad. Esta imagen fue conocida como Virgo Lucis (Virgen de la Luz), lo que posteriormente dio lugar (1690) al nuevo nombre de la mansión: Château du Clos Lucé. (del claustro iluminado)



La propiedad pasó por varias manos, se salvó de los destrozos revolucionarios, y finalmente fue adquirida por la familia Saint-Bris en 1854. A partir de 1960 fue minuciosamente restaurada para recrear el mobiliario y la decoración tal como podría haber sido en la época en que Leonardo era su ocupante.



Leonardo pintó poco aquí, aparte de completar una de las pinturas que había traído desde Italia. Empleó algo de su tiempo ideando entretenimientos para las fiestas de la corte. Aquí un pequeño intervalo con música de aquella época:



Pero también inventando mecanismos ingeniosos, haciendo planos para castillos y obras hidráulicas, interesándose profundamente por la vida natural, la matemática, la ingeniería civil y militar, el urbanismo.




Lo notable era que sistematizaba su pensamiento y demostraba sus ideas en prolijas notas sólo legibles mediante un espejo y usando ilustraciones detalladísimas.



La casa hoy tiene tres sectores. El último piso está reservado a la familia propietaria.



Abajo se recrean los aposentos de Leonardo y la cocina, con muebles de la época. Vamos recorriendo los ambientes, mientras se escucha música renacentista.





En el sótano hay una muestra de diversos dibujos y modelos de algunas de las invenciones notables del artista, de uso civil como molinos de agua, turbinas, puentes giratorios, botes a paletas, autos a cuerda... y militar: un tanque acorazado, ametralladoras, helicópteros, paracaídas...



Me impresionaron especialmente: el cojinete a bolillas y la turbina hidráulica.


Se queda uno pensando, pues estas cosas se le ocurrían... hace 500 años!

Lamentablemente muy pocos de sus proyectos fueron llevados a la práctica. Quizá su genio iba muy adelante de las tecnologías necesarias, no había metalurgia confiable ni vapor... quizá creía que no tenía tiempo que perder y el mundo era tan interesante que quería abarcarlo todo.


La visita a la casa se completa con un paseo por el bonito parque, donde varias de sus creaciones más espectaculares están recreadas en tamaño natural.


Si nos abandonan las energías, tenemos opciones para calmar el hambre: desde una conveniente crêperie hasta un restaurante 'renacentista'.


En resumen: una agradable visita que completa nuestra estadía en Amboise.
No es la mejor ni la más completa colección dedicada a Leonardo, pero tiene el encanto de ser el lugar donde pasó sus últimos años, y nos da una buena idea del ambiente en que le tocó vivir, una vez que llegó a la fama.

Mañana. a seguir con los castillos! Me acompañan?

5 comentarios:

  1. Realmente fascinante Enrique, muchas gracias por compartir. Un abrazo, pina

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  2. Gracias Pina, siempre bienvenidos tus comentarios. Abrazo, E.

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  3. Gracias interesante y fascinante este acercamiento al genio universal del renacimiento!

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    1. Gracias Carlos, me alegro de que te haya sido de utilidad!

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    2. Carlos, con motivo de tu comentario revisé el post y encontré que la sección musical no funcionaba. Así que la reemplacé. Gracias!

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