La catedral, del S12, tiene aspecto de fortaleza, como muchas que se construyeron en esa época, al mismo tiempo que castillos para la defensa, durante la reconquista. Claro que tiene agregados de todos los estilos.
Desde este lugar se tienen amplias vistas de la ciudad, un mar de tejas anaranjadas...la otra orilla, la de Vila Nova da Gaia, bien brumosa.
Aquí, una vista en 360°. Una colección muy interesante.
En el centro de esta plaza seca, hay una picota, o pelourinho, más simbólico que otra cosa pues es de factura moderna.
En muchas ciudades pequeñas y pueblos del interior, se alzan picotas. Antiguamente servían para exponer a los malhechores. Originalmente se trataba de columnas rematadas con una jaula. Más tarde fueron decorándose con diversos motivos y culminaban con una pequeña plataforma adornada con una jaula en miniatura, una esfera armilar y/o una cruz, según la época. Allí podía haber unos ganchos a los cuales se aseguraban los malhechores mediante cadenas.
Lo importante era el simbolismo, pues solamente podían erigir picotas los municipios que tenían derecho de impartir justicia. Es decir que tenían poder propio y no dependían de algún señor feudal. Por eso están casi siempre al lado de las sedes del poder municipal, sean ayuntamientos, monasterios o catedrales.
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Comenzamos ahora a bajar hacia el río, internándonos en el barrio de la Ribeira. Las callecitas son tortuosas, a veces se convierten en escaleras, hasta con pasamanos. Por suerte vamos hacia abajo, pero esperemos que las rodillas aguanten.
Mucho color, mucha pared descascarada todavía, interiores muy humildes, algunos ya refaccionados y otros en vías de serlo, que van siendo ocupados por tripeiros más pudientes. Algunas personas en 'situación de calle'... algunos rincones sucios, grafitti... la mezcla es apasionante, y, por lo que se ve a esta hora, muy tranquilo.
La ropa colgada afuera de las casas, ha pasado a ser parte integral del paisaje.
Ya está empezando a salir el sol.
Aunque no es posible, tratemos de abarcar el todo...
Impresiones I
Ya está empezando a salir el sol.
Aunque no es posible, tratemos de abarcar el todo...
Impresiones I
Finalmente arribamos a la orilla del Douro.
El sol brilla y el cielo se va despejando, la bruma irá desapareciendo a medida que avance la tarde.
Aquí, en el Cais (muelle) da Ribeira, se concentran restaurantes, bares, negocitos de venta de recuerdos, barcos de excursión, millones de turistas... y gente que vive allí.
Es animado, divertido y ruidoso. Antiguas casas, estrechas y altas, con sus ventanas ostentando la ropa de sus habitantes... de dia y de noche, animación constante.
Impresiones II
Es animado, divertido y ruidoso. Antiguas casas, estrechas y altas, con sus ventanas ostentando la ropa de sus habitantes... de dia y de noche, animación constante.
Impresiones II
El Douro suele tener crecidas importantes, así que esta zona puede inundarse. La gente apila o retira sus muebles y espera la bajante.
Recorremos algunas cuadras, no sabiendo dónde mirar... ventanas, balcones, azulejos, gallitos de Barcelos, barcos... la profusión de detalles coloridos es abrumadora.
Impresiones III
La zona es visualmente impactante, y no nos cansamos de ir y venir por la orilla del río.
Desde aquí se aprecian algunos de los puentes que hacen famosa a esta ciudad.
El sol está brillando...
Sacamos nuestros tickets, y para esperar la partida, elegimos un bonito restaurant, un poco más retirado del bullicio pero bien frente al río. Cuanto más lejos del mayor apelotonamiento de gente, más razonables son los precios!
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