viernes, 17 de enero de 2014

Churchill War Rooms - Londres

A Javier

 Los #ChurchillWarRooms



Hacia 1936 un estudio militar británico concluyó que la ciudad de Londres, en el caso de ser atacada desde el aire, sería muy vulnerable y aconsejó la descentralización del gobierno y su despliegue a los suburbios y otras zonas de Inglaterra.
Si vis pacem, para bellum...
Una necesidad que se planteó de inmediato fue la elección de un lugar seguro para las reuniones de los altos mandos militares con el objeto de coordinar las acciones. Y como la autoridad suprema era civil, también había que tener en cuenta las reuniones y hasta la vida de un gabinete de guerra.
El lugar elegido fueron los sótanos de uno de los edificios de Whitehall. Para adecuarlo a estas funciones, se reforzaron y blindaron techos y paredes, y se agregaron facilidades de ventilación, energía, y comunicaciones; salas de reuniones y dormitorios para personal y hasta para el Primer Ministro y su familia.
El lugar, por supuesto, fue top secret y se completó en 1938, ocupándose un poco antes de la invasión de Polonia por Alemania y la Unión Soviética que dió comienzo a la II Guerra Mundial. (esta alianza, luego traicionada por Hitler, es algo que los comunistas siempre han querido olvidar. Pero el archivo no miente, ni olvida.)
Las horas más dramáticas de este refugio fueron quizá durante los dos primeros años, cuando Inglaterra fue sujeta a un intenso bombardeo (el Blitz) por la Luftwaffe, en preparación para una planeada invasión de la isla. Este bombardeo no dio el resultado previsto, la moral de la población no se derrumbó y con el paso de las semanas la RAF (Royal Air Force) se recuperó y ofreció una resistencia tenaz desde el aire. Pronto Hitler puso sus ojos en otros frentes, pero estas salas continuaron en uso hasta el fin de la guerra en 1945. Da un poco de escalofrío ver carteles anunciando cómo está el tiempo afuera...


Terminada la contienda, se clausuraron las salas y durmieron el sueño de los justos durante unos años. Pero había gente interesada en visitarlas, lo cual era posible para grupos reducidos y muy esporádicamente. Finalmente comenzó a imponerse la idea de que el sitio constituía un patrimonio histórico y se decidió restaurarlo y abrirlo al público, lo que se logró en 1984.
Posteriormente se renovaron otras salas y se instaló allí otra exhibición sobre la vida de Winston Churchill, quien fuera Primer Ministro durante la guerra, inaugurándose ésta en 2005.
La colección de artefactos y testimonios sonoros y gráficos es realmente apabullante, pero está desplegada con mucho criterio y uno ve lo que quiere ver, todo es bastante interactivo. La estrella de la casa es una 'línea de tiempo' de unos 15m de longitud que detalla los acontecimientos de la vida de Churchill. El visitante se para en un determinado lugar y oye una grabación, quizá un discurso, o un testimonio; la persona que está a su lado está a su vez oyendo otra cosa, y sin interferencias! Por estas características el museo ha sido distinguido por su excelencia con el premio del Consejo de Europa en 2006.

La vida de este político, militar, estadista, periodista y escritor (fue Premio Nobel de Literatura) es interesantísima.
Fue un testigo y protagonista privilegiado del Siglo 20, habiendo comenzado combatiendo a caballo y finalizado su vida advirtiendo en contra de la proliferación nuclear...
Las instalaciones lo muestran con sus luces y sus sombras. Genial e irascible, era un trabajador incansable y solía exigir mucho de sus subordinados, quienes sin embargo lo respetaban y casi adoraban.
Lo que a mi más me impactó no fue su lista de triunfos, que fueron muchos, sino el hecho de que jamás se rindió ante una derrota. Si perdía un puesto, o no lo votaban, se retiraba por un tiempo, escribía un par de libros y volvía a la lucha. Y lo realmente increíble, es que triunfaba nuevamente!

Actualmente ambos museos reciben el nombre conjunto de Churchill War Rooms.
El conjunto es de visita imprescindible, a mi juicio, y provee una fascinante visión de la hora más oscura del Reino Unido, a decir de Churchill. Y de toda la sangre, trabajo, sudor y lágrimas que costó revertir la situación.
Opera bajo la administración del Imperial War Museum y en este caso la entrada es paga. Incluye una excelente audioguía.
Pero insisto en que es una visita de rigor, por lo menos para el que se interese un poco en la historia. Es bastante popular, siendo visitado por unas 300.000 personas por año.

Todas las 27 salas subterráneas son interesantes. Pero las más apreciadas son, indudablemente, las habitaciones del Primer Ministro y de su esposa, por un lado, (aunque Churchill raramente las usaba, prefiriendo volverse a 10 Downing Street a descansar)


y por otro, la gran sala de mapas, donde se resumían los informes llegados desde todos los escenarios de la guerra y originados en las tres fuerzas armadas o en inteligencia, se condensaban y de ponían en forma gráfica o de mapas... fascinante.


El lugar cuenta con una cafetería que lamentablemente no puedo recomendar. Salvo en emergencia alimentaria, sugiero ubicar algún pub en las cercanías... por ejemplo, el Westminster Arms.

He preparado un pequeño video con mis fotos del lugar, más algunas que encontré en la web, todo revuelto con sonidos y música para los nostálgicos de los 40... espero que les guste. Dura 6 minutos y medio.



Hasta la próxima!

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