En homenaje a nuestros amigos lectores con mucho apuro por partir, obsesionados con el orden (cronológico), o simplemente un poquito perezosos, aquí un índice y una vista sucinta del recorrido de nuestra visita a Gran Bretaña.
Arriba
podemos ver un diagrama, con sus paradas breves y sus lugares de
base, sus trayectos en auto y en tren.
En
el texto, pulsando el mouse sobre cada palabra en azul, el enlace te
llevará a la entrada del blog correspondiente. Siguiendo el orden
secuencial de las palabras, se irán abriendo las entradas en orden cronológico.
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Luego
de abandonar Irlanda, llegamos al aeropuerto de Heathrow desde
Dublin. Dejamos Londres para el final, estrategia que simpre tratamos
de seguir con las capitales, que suelen ser el plato fuerte de la
visita a cualquier país.
Luego
de completar la visita y de un reparador café en el pueblo, seguimos
viaje hacia Bath, ciudad de moda por sus baños termales desde antes
de que llegaran aquí los romanos, que por cierto han dejado
importantes huellas. Bath es también un muestrario de la
arquitectura georgiana, deliciosa. Y no nos olvidamos de tomar el té con Mr. Darcy!
En
uno de los días que estuvimos aquí, decidimos ir a conocer Wells,
antigua ciudad y sede episcopal con una fabulosa catedral gótica. La
alternativa aquí puede ser Glastonbury, con su derruída abadía y
hoy un lugar de encuentro medio New Age y supuesto sitio de descanso
final del fabuloso Rey Arturo; Stonehenge (siempre demasiado
concurrido) y Avebury (otro sitio prehistórico, menos conocido)
Desde
Bath subimos hacia la región de los Cotswolds. Si a uno le piden que
se imagine un típico pueblito inglés, de película, seguro que se
le presenta alguna imagen que remite a alguno de estos pueblos, que
vieron su apogeo allá por los tiempos en que las ovejas y su lana
constituían una riqueza fabulosa para Inglaterra.
Castle Combe, Badmington, Malmesbury, Tetbury, Cirencester, que vemos por el camino, constituyen, verdaderamente, 'un ámbito bucólico', como dirían Les Luthiers.
Castle Combe, Badmington, Malmesbury, Tetbury, Cirencester, que vemos por el camino, constituyen, verdaderamente, 'un ámbito bucólico', como dirían Les Luthiers.
Elegimos alojarnos
en Ilmington, en el límite norte de la zona, y recorrerla durante
tres días. Aquí el auto vale su peso en oro, pues en tren y/o
ómnibus los traslados, si bien posibles, se vuelven lentos y
problemáticos, especialmente los fines de semana. Hay también
excursiones desde Londres.
En los días subsiguientes exploramos otros pueblos:
En los días subsiguientes exploramos otros pueblos:
La
región vale como para quedarse meses, pero hay que seguir...
Continuamos
camino al norte, y paramos en Stratford-upon-Avon, para presentar
nuestros respetos al gran maestro, don Guillermo.
Seguimos
viaje hacia la zona de Ironbridge Gorge, así llamado pues es el
primer puente construído de (fundición de) hierro. Lugar poco
conocido por el turismo externo pero super interesante pues se
considera la cuna de la Revolución Industrial. Hay varios museos y
si uno tiene algún interés en el tema justifica ampliamente la
parada. También es una buena escala si estamos dirigiéndonos hacia
el norte de Gales.
Aquí, un álbum de fotos victorianas.
Entramos
ahora en el norte de Gales, mucho menos densamente poblado o
industrializado. Tierra desde antiguo celosa de su independencia, de ovejeros y mineros, coros masculinos y
lenguaje indescifrable, tiene para nosotros los argentinos la
resonancia de la epopeya de los colonos galeses en nuestra
Patagonia. Como base, elegimos Conwy, simpática ciudad con un
castillo muy evocador. (el sur de Gales estaría más a tiro desde
Bath, por ejemplo, pero el norte es más rendidor en paisajes y
castillos).
Desde
aquí, un día fuimos hasta Caernarfon, otra posible base, pequeña
ciudad con las ruinas del castillo que aún se usa para la
'investidura' del Príncipe de Gales.
Nos
vamos ahora de Gales, seguimos hacia el Norte y entramos en la
llamada Región de los Lagos, también destino turístico interno que
pusieron de moda los poetas románticos en el siglo 19. Nos alojamos
en Keswick, en la parte norte, menos concurrida y más interesante
paisajísticamente.
Siguiendo
hacia el Norte, por fin llegamos a Escocia. Desde muy antiguo las
tribus de estas regiones eran bastante reacias a hacer nuevos amigos
provenientes del Sur. Su lema Nemo me impune lacessit (nadie
que me ofende la saca barata) fue tradicionalmente un modo de vida.
Hoy las cosas son más tranquilas y hay intereses cruzados con los
otros pueblos que habitan la isla, pero el futuro dirá que rumbo
quieren tomar, plebiscito mediante.
Hacemos
una primer parada para visitar en Falkirk, una muy particular obra de
ingeniería con la que los escoceses celebraron el advenimiento del
tercer milenio: un ascensor de barcos!
Luego
de disfrutar esta prueba del ingenio humano llegamos a Stirling,
sitio de un castillo restaurado (a la usanza, dicen, de la época) y
de monumentos muy caros al espíritu nacionalista escocés.
Seguimos
ahora más hacia el norte, pasando por la región de los Trossachs:
bosques y lagos, pagos del semi-legendario Rob Roy Mac Gregor.
Doblamos
hacia el este, para visitar el poblado de Pitlochry. Y qué hay allí para
ver? Whisky!
Finalmente,
llegamos a Edimburgo. Mucho aquí para ver y caminar, una ciudad muy
agradable. El auto queda estacionado en el BB y nos movemos en
ómnibus.
Hacia
el año 400 los romanos se cansaron de civilizar a los norteños y
decidieron ponerles límites... hoy lo que queda de aquellos límites
nos llena de asombro. No podíamos perdernos la Muralla de Adriano.
Siguiendo
para el sur, la catedral de Durham es una verdadera joya. Imposible pasar cerca y no visitarla.
Finalmente,
llegamos al antiguo poblado vikingo de York.
Devolvemos
el auto alquilado, y de aquí en más nos manejaremos en tren.
Hermosa ciudad, murallas bien conservadas, una catedral maravillosa,
barrios medievales y un espectacular museo ferroviario, con fama de ser el
mayor del mundo. (También versión en inglés)
A
la hora de irnos, nos vamos a la estación y nos tomamos un tren de alta velocidad hasta Londres. Fabuloso!
Londres
Londres
es tan diversa, tan multifacética, que haría falta una biblioteca
de entradas para cubrirla. Hicimos lo posible en los dias que
estuvimos (7), y como siempre dejamos algo para la próxima. Esto es
más esperanza que certeza, claro.
Lo
que sigue no va a ser tan secuencial porque si no parecería caótico.
Luego de acomodarnos en nuestro alojamiento en Bloomsbury, lo
primero que hicimos fue darnos una vuelta en un ómnibus hop on-hop off, para
tener una idea de conjunto de lo que nos esperaba.
Luego,
una asombrada mirada a la noche en Piccadilly Circus, y nuestra
primera experiencia con el Tube (subterráneo).
Una
caminata por Portobello Road y los barrios de Kensington y Mayfair nos
dan una muestra de la variedad de tipos humanos que habitan y/o visitan la ciudad.
En los dias subsiguientes, nos sumergimos en los paisajes urbanos más significativos... la zona del puente de Westmister, el MillenniumBridge, el Parlamento y la famosa Abadía, el río Támesis y el London Eye.
Una
caminata desde el puente hasta la plaza Trafalgar nos ofrece vistas
del distrito gubernamental de Whitehall, y la interesantísima visita
a los 'cuartos de guerra (War Rooms)' secretos desde donde Churchill y su gobierno seguían las operaciones de la 2° Guerra, y el museo dedicado
a esta personalidad.
Existe
también una Catedral de Westminster, que no tiene nada que ver con
la Abadía pues es la Catedral Católica, donde asistimos a una Misa.
Vamos
a la ópera y al teatro, caminamos otros barrios, disfrutamos de los
parques y las plazas, por los que los ingleses sienten devoción; caminamos por el antiguo corazón del sistema
legal inglés que son los inns of court.
Un día nos fuimos a
visitar Oxford, esperando encontrar al Inspector Morse...
estaba ocupado, pero en
la estación de Paddington develamos el misterio de un osito
desaparecido.Otro día fue para Greenwich, capital naval del antiguo Imperio... como corresponde fui en un crucero por el Támesis. El velero Cutty Sark, el Museo Marítimo y el Observatorio son de no perderse.
Y como es muy cierto lo
que alguien dijo acerca de que los mayores monumentos británicos
están hechos de papel, nos dimos tiempo para realizar una caminata literaria, visitar el teatro Globe de Shakespeare y el museo de Dickens.
Otros museos también
tuvieron su porción de tiempo. El Tate Britain (con mi pintor inglés
preferido, Turner), de pintura inglesa; el Museo Británico, con la
más grande colección de objetos antiguos de distintas
civilizaciones; y el pequeño establecimiento dedicado a Sherlock Holmes han sido visitas para el recuerdo.
Y no, no nos cansamos de Londres... (aunque, con la ayuda del tiempo caluroso, nos cansamos en Londres)... así que no caemos en la crítica del bueno de Samuel Johnson: When a man is tired of London, he is tired of life, for there is in London all that life can afford. (cuando un hombre está cansado de Londres, está cansado de la vida, porque hay en Londres todo cuanto la vida puede brindar). Porqué no habrá incluído a las mujeres?
La vuelta total por Gran Bretaña nos tomó 27 días, de los cuales dedicamos 7 a Londres. Esperamos volver!
Mantengan la sintonía, pronto empezamos con Francia!
Me encanta Londres y Escocia muy bueno el Blogg .
ResponderEliminarGracias Marmive! Si no los has visto ya, quizá te interesen también las entradas sobre Asturias y Galicia,
ResponderEliminarSaludos.
Ese puntito verde al NO de Londres es Oxford... me acabo de dar cuenta de mi olvido, le falta el cartelito y la flecha!
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