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jueves, 14 de julio de 2011

Recorriendo Porto 5: Vila Nova de Gaia

#vilanovadegaia

Cruzando el puente sobre el Douro, estamos ya en Vila Nova de Gaia, la antigua ciudad de Cale.
Desde aquí se tienen unas maravillosas vistas de la ciudad de Porto.



Nos bajamos del ómnibus, recorremos unas cuadras...la calle sobre el río tiene un area parquizada, también hay numerosos bares y restaurantes, el lugar hierve de gente.
Vemos unos cuantos barcos rabelos (literalmente: con cola) fondeados, reliquias de otras épocas pero parte importantísima del paisaje.


Hacemos un alto en un restaurante junto al rio para reponer energías.


Yo me pido una francesinha que, como muchas cosas aquí, es á moda de Porto... es una especie de croque-monsieur, y se trata de un tostado de jamón y queso, pero con el agregado de algunos otros fiambres, un bifecito de cerdo o vaca, chorizo, con queso por arriba y luego gratinado. Todo regado con una salsa que le da el alma y es secreta en muchos lugares, pero que puede tener una base de maicena muy liviana y puré de tomate, ajo, cebolla, un poquito de porto y cerveza para diluír... y acompañado, opcionalmente, de papas fritas y aún de un huevo frito. Un plato contundente, barato y muy popular.

Debe ser muy rica en algún otro lado, ésta tenía demasiado chorizo y ketchup...habría que darle otra oportunidad alguna vez! 
Aquí hay una receta que parece buena...y aquí otra.


Luego de restaurarnos, salimos corriendo porque se nos hace la hora de la visita a la bodega Croft (pertenece a Taylor)... que es la que incluye la excursión del jopón-jopof. No fue fácil, pues salvo la calle costera, todo es aquí cuesta arriba, sobre empedrado desparejo...

Como visita, Croft resultó un poco poco... una guía nos llevó por entre largos pasillos alineados con barriles, nos contó a grandes rasgos las principales características del vino y su producción, todo el tiempo batallando con su inglés aportuguizado, pobrecita.

Finalmente, una copita para probar, y el grupo pasa a la tienda donde se pueden comprar los productos. En fin, un poco menos de lo esperable... pero mejor que nada.


Cuando uno tiene poco tiempo, como nosotros, sus opciones son limitadas. Aquí hay más de 50 bodegas dedicadas al Porto, de las cuales unas 15 pueden visitarse.

Para quien quiera dedicarle a este vino un medio día largo, yo recomendaría un par de bodegas más grandes y más tipo museo, como 
Ramos Pinto, y tomarse una hora o dos para almorzar con mucha tranquilidad en el restaurante de la bodega TaylorBarão de Fladgate, que tiene una vista espectacular sobre el río y Porto! (caro)

A pesar de la modernidad, todavía hay en Portugal señoras de negro...



Otra vuelta por la orilla del río...mucha gente disfrutando la tarde de sol. Los pintores se hacen el día...



Con pesar, porque el ambiente es muy agradable, nos tomamos el ómnibus de vuelta.

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