jueves, 14 de julio de 2011

Recorriendo Porto 6: de Vila Nova a la Livraria Lello

#porto  #librerialello

El ómnibus cruza el puente, y comienza a trepar para llevarnos al punto de arranque.
Me bajo, y corro (literalmente) para poder ver las últimas vidrieras, y calles bañadas en dorado por el sol que se pone. Gloria decide caminar despacio hacia el hotel.

Yo no me quiero perder la fantástica livraria Lello e Irmão, que es un espectáculo inusitado. 

Antipático nombre, no? El Sr. Lello podría haberle puesto, por ejemplo, Lello Irmãos... pero eso fue hace mucho tiempo, quizá no chocara tanto...
La fachada neogótica no nos indica lo que vamos a ver adentro. 



Unos techos góticos dorados, una escalera increíble, vidrieras que dejan pasar la luz natural, y libros, libros, libros de todo tipo esperando a sus lectores. Mucha gente comprando, pero mucha más mirando, fotografiando, filmando... y sin que nadie moleste ni te pregunte qué estás buscando. Esto último me parece increíble, en una época tan utilitaria. 



Es una auténtica joya, y una visita a Porto no está completa si uno se la pierde. Quizá alguno reconozca el lugar: ha figurado en la serie de películas sobre las aventuras de Harry Potter...

Livraria Lello, Porto, Portugal.

(La nota cholula: J. K. Rowling vivió aquí un tiempo enseñando inglés, se casó con un portugués... y se divorció al poco tiempo. Supongo que el tipo, desde entonces,  debe haber reconsiderado bastante) 

Ciertamente es algo inolvidable. Dicen que es la, o una de las, librerías más bonitas del mundo... no sé cómo se mediría ésto, pero es bien bonita.

Y aquí, fotos en 360°.


Torre de los Clérigos
Vuelvo por calles conocidas: veo nuevamente la Iglesia y Torre de los Clérigos, una de las vistas típicas de Porto, obra de Niccoló Nazzoni (aquí Nicolau Nasoni), arquitecto italiano que hizo su carrera en esta ciudad y la dejó llena de monumentos barrocos.
Si subo sus 225 escalones, tendré como recompensa un hermoso panorama de la ciudad, el río y Vila Nova...reflexiono y desisto.

Antigüedades
Me fascinan los negocios de antigüedades. Dicen mucho acerca de la vida cotidiana de hace unos cuantos años atrás... Latas que alguna vez contuvieron té o caramelos, valijas, gramófonos.... y unos curiosos trebejos con figuras típicas de la ciudad del S19!





Pastelerías
Adoro las infaltables pastelarías, de las cuales hay prácticamente una por cuadra, lo mismo que iglesias. 


Los portugueses tienen, para mi delicia, un verdadero romance con las cosas dulces, y sus pastelerías están por lo general surtidas de cosas exquisitas, muchas descendientes de viejas recetas conventuales.

Y como el café (creo que ya me lo escucharon) es excelente, la gente, tanto turistas como locales, hace pausas de cuando en cuando para el cafecito, pero acompañado por alguna de las tentaciones locales.

TIP: De paso, ésta es una buena razón para que algunos turistas esquiven los hoteles con desayuno y en cambio salgan a la calle a comer algo típico, exquisito y barato!

                                                                                       
Fachadas/monumentos curiosos





Llego reventado al hotel, con tiempo para una ducha reparadora antes de asistir a la misa en Santo Ildefonso. Allí nos aguarda una hermosa experiencia: canta un muy buen coro.
No entendimos casi nada de la homilía, pero con la música nos comunicamos!


(c) 2010 Enrique F. Ivern



Final de un largo día: a cenar al restaurante   A Brasileira
A Brasileira (Wiki)

Un hermoso edificio, que tiene  'una notable fachada, con un magnífico parasol de hierro y vidrio, y un interior deslumbrante', como dicen los folletos turísticos.
Un importante café desde 1903, su historia me parece emblemática. Su fundador, un farmacéutico de Porto, se fue a Brasil a probar suerte en el S19. Le fue muy bien como comerciante de café, y retornó para fundar este establecimiento. Lo curioso es que en esa época, no era muy común en Porto que la gente tomase café en bares públicos, así que este hombre ofrecía un cafecito gratis a sus clientes, que compraban café en grano. También fue pionero de la publicidad, pintando en varios lugares de la ciudad su eslogan: o melhor café é o d' A Brasileira. Tuvo mucho éxito y fundó otras casas en Braga y Lisboa.

Hoy, una parte sigue siendo café como Caffe di Roma, por cierto muy bonito y más barato que el Majestic, y la otra el restaurante donde estamos.


A comer!

El mozo que nos atendió hablaba castellano. Esto es bastante común y compensa el hecho de que las cartas o menúes generalmente están sólo en portugués, sobre todo en barrios no demasiado turísticos. !


Arroz de tamboril (Wiki)

Allí probé un arroz de tamboril, con rape (un pescado) y gambas, también en porción gigantesca . Lamentablemente, un poco desabrido.
Este es un arroz caldoso, pero la gracia es que tenga el sabor del pescado y los mariscos incorporado, si se prepara bien.
(Hay muchos platos que en la cocina portuguesa se complementan con arroz, o más bien lo tienen incorporado).
De todas maneras la cena estuvo buena y también compensó la botellita de vinho verde de Ponte de Lima con la que lo acompañamos...


1 comentario:

  1. Mis disculpas por los diferentes tipos de letras en el post. Es una ocurrencia de Blogger que no he podido remediar, a pesar de haber reemplazado los textos varias veces. Como verán en entradas más recientes, el tema parece haber sido resuelto. Gracias por la paciencia!

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