Nos
vamos a Rouen
Desde
el aeropuerto de Orly hasta Honfleur, nuestro destino final hoy, hay
250 km de agradable camino. Vamos a hacer una escala en la ciudad de
Rouen, actualmente 5° puerto en importancia y primer exportador de alimentos de Francia.
Es una de las dos escalas 'cantadas' yendo hacia el norte, junto con Giverny, la casa de
Claude Monet con su famoso jardín.
Para
los que se queden en París o no cuenten con movilidad propia, ambos
destinos están muy accesibles por tren o bus.
***
Cuando
los romanos estuvieron por aquí, se les ocurrió construir un
puente sobre el Sena, en el lugar más próximo posible a su
desembocadura. Este simple hecho marcó para siempre la importancia
de este lugar, que en épocas romanas fue la segunda ciudad de las
Galias, luego de lo que hoy es Lyon.
Con
el transcurrir del tiempo fue capital del Ducado de Normandía, luego
base inglesa durante la Guerra de los 100 años. En la Edad Media y
Renacimiento consolidó su riqueza gracias a la lana y el comercio en
general. Siguió siendo la 2° ciudad francesa hasta los 1700s.
Más
tarde, fue ciudad industrial dentro del area ocupada por Alemania
durante la 2° Guerra... mala suerte.
En
abril de 1944, como 'ablandamiento' previo al desembarco del Dia D,
los suburbios industriales que constituían el 50% de la ciudad
fueron borrados del mapa por bombardeos aliados. El centro antiguo,
con sus tesoros arquitectónicos, sufrió relativamente poco.
En
los años 50 se fue reconstruyendo la parte industrial y residencial,
y posteriormente el centro historico se fue renovando y hoy es una
joya muy recomendable para recorrer, muy compacta y con muestras de
arquitectura gótica y renacentista, y muchas casas de armazón de
madera y adobe. Aunque no haya tiempo para hacer nada más, un
recorrido a pie por la Ciudad Vieja es muy gratificante.
***
Dejamos
el auto en uno de los estacionamientos públicos bajo la Plaza del
Viejo Mercado (Place du Vieux Marché) y damos comienzo a
nuestra recorrida.
El
tiempo está amenazante y lluvia y nubes nos irán acompañando... hay
que acostumbrarse a no desperdiciar momentos, salvo que diluvie.
Esta
plaza tiene gran significación histórica pues aquí fue quemada,
con la excusa de herejía, Juana de Arco, pero dejaremos esta
historia para el final del recorrido.
**
El
Gros Horloge
Caminamos
ahora por la Rue du Gros Horloge (Calle
del Gran Reloj), uno de los símbolos de Rouen. Este reloj
renacentista (1528) está puenteando la calle y en una época
decoraba el antiguo ayuntamiento. Y sí, es grande, como su nombre lo
indica...
Pero no le falta algo? Claro, tiene una sola manecilla: la de las horas. En el 1500, cuando los relojes eran bastante inexactos, no hacía falta conocer más que la hora... los minutos, los segundos y su medición son patrimonio de nuestra época, infinitamente más apurada. El cordero en el extremo de la aguja horaria nos recuerda el origen de la riqueza de la ciudad: la lana.
Abajo de la esfera, el
escudo de la ciudad nos muestra el Cordero Sacrificial, con
significados religiosos y comerciales... Por abajo del reloj, un
bajorelieve del Buen Pastor, y de nuevo multitud de ovejas.
Los viajeros con disposición atlética pueden subir 100 escalones (algo fuera de
nuestro alcance, el viaje es largo y hay que cuidar las rodillas),
conocer las entrañas del reloj y disfrutar de una buena vista de la
Catedral. Pero cuidado, en cada hora suena la gran campana y la
experiencia es literalmente ensordecedora.
Si
tomamos hacia la derecha, llegamos al Palais de justice, que acaba de
tener una lavada de cara espectacular, que deja a la luz la fabulosa
decoración del gótico flamígero de este edificio.
Wiki |
La Catedral.
Al
final de la calle, se desemboca en una plaza.
Nos
encontramos ahora con un mojón en la historia del arte, gracias a
los 30 estudios que hizo Claude Monet en diferentes horas del
día de su fachada: La Catedral de Notre-Dame. Al margen de la forma de la fachada, lo que le interesaba a Monet era el efecto de la luz iluminando sus detalles, o más bien sus propias impresiones sobre este fenómeno. (de ahi lo de Impresionismo)
Sólo una de estas pinturas está hoy en Rouen, en el Museo de Arte. Otras cuatro, en el Orsay de París.
Sólo una de estas pinturas está hoy en Rouen, en el Museo de Arte. Otras cuatro, en el Orsay de París.
Encontramos el famoso edificio en proceso de restauración... siglos de polvo y humo penetran en sus poros y vuelven casi negra a la piedra, y es necesario limpiarla con mucho cuidado con vapor. O si son esculturas, cuyos detalles pueden no resistir el vapor, con laser... costosa tarea de años. La fachada, o lo que se puede ver de ella, tiene un tímpano con un Juicio Final impactante. Si alguien necesita alguna prueba de lo nociva que es la contaminación ambiental, esta fachada se la ofrece... el contraste entre las zonas sucias y limpias es desolador.
Pasamos
al interior. Se trata de un templo grande. Rouen era importante. Una
nave clásica, cuatro pisos de arcadas góticas, y una iluminación
sorprendente: como casi todos los vitrales originales quedaron
destruídos, se los reemplazó con vidrios claros... en el interior,
una muestra fotográfica ilustra los trabajos de restauración luego
de los bombardeos del 44.
Hay
un par de tumbas interesantes: la primera corresponde a Rollo, primer Duque
de Normandía en 933, antepasado de Guillermo (a) el Conquistador, 7°
Duque (ver entrada anterior).
Rollo, el 'Padre de Normandía', murió muy viejo, pero está representado, como era la costumbre, como un hombre de 33 años, la edad de Cristo. Con un perrito a sus pies, símbolo de fidelidad.
Rollo, el 'Padre de Normandía', murió muy viejo, pero está representado, como era la costumbre, como un hombre de 33 años, la edad de Cristo. Con un perrito a sus pies, símbolo de fidelidad.
Debido
a pillajes y otros contratiempos, poco queda aquí de Rollo (sólo un
fémur). Salvo, claro, su fama.
La segunda es la que contiene el corazón de Ricardo Corazón de León, rey de
Inglaterra y también 12° Duque de Normandía. Ricardo, tan querido
por el pueblo si damos crédito a la leyenda de Robin Hood, no
hablaba inglés y pasó la mayor parte de su vida fuera de
Inglaterra. El resto de sus restos descansa en la abadía de
Fontevraud, en la zona del Loire.
El
viejo Rouen es el mejor espectáculo que la ciudad tiene para ofrecer
al viajero, y hoy es sector peatonal. Es un placer (a veces a pesar de la
lluvia) seguir caminando por la misma calle Saint Romain, deambulando
por las transversales... vemos un muestrario de distintos estilos
arquitectónicos y sobre todo de construcciones con 'marco de
madera', muy comunes en el norte de Europa y en Francia especialmente
en la Alsacia, Normandía y Bretaña.
En
Rouen se usó mucho esta técnica entre los siglos 14 y 19. Como la piedra de la
zona es una caliza muy blanda, la buena piedra importada de otras
regiones era cara y por lo tanto se usaba sólo para edificios muy
importantes, o para la base o cimientos de las casas.
Las
paredes se delinean con vigas y columnas de madera, y luego los
espacios se rellenan con adobe. Otra particularidad de estas
construcciones es que los pisos superiores son generalmente más
grandes que los inferiores. Esto se debe en primer lugar a que en
muchas ciudades en la Edad Media los edificios pagaban impuestos
según el metraje ocupado por su planta, lo que era lógico pues el
espacio era muy escaso y vital.
Por otro lado, al construír un piso
superior más grande que el inferior, cuyo límite se fijaba con
columnas, se lograba que las vigas tuvieran apoyos menos espaciados,
soportando entonces más peso con menos costo.
Con más de 800 casas antiguas de este tipo en el barrio, hay para mirar y mirar.
Con más de 800 casas antiguas de este tipo en el barrio, hay para mirar y mirar.
La
fayence
Este
negocio/taller/galería es uno de los sucesores de los múltiples
talleres que se instalaron en Rouen (pionera del proceso en Francia)
entre los siglos 16 y 18 para fabricar fayence (loza). Aún
hoy es un producto que los turistas codician. Esta cerámica se
obtiene cociendo la pieza de arcilla original, luego bañándola en
esmalte blanco que se deja secar, para depués pintarla encima con
distintos colores. Finalmente la pieza se cuece una segunda vez. Es
posible curiosear en lo de M. Augy, y si quedan muchas ganas de ver lozas, también hay
en la ciudad un Museo de Cerámica.
El
estómago ruge, está lloviendo y estamos algo cansados... es momento
de restaurar los tejidos. Llegamos a una panquequería muy
recomendable, Le Saint Romain, sobre la calle homónima.
Estamos buscando... crepes! Y hemos llegado al lugar indicado.
Pedimos galettes de harina integral, para mí de mejillones a
la crema, para Glo a los 4 quesos, acompañados por sendas ensaladas
de lechuga mantecosa a la crema de mostaza y vaso de sidra...
espectaculares. Miramos hacia afuera, la gente pasa presurosa porque
ahora llueve un poco más fuerte... no dan ganas de irse. Un rato
más, un buen café para sacudirnos la modorra y a seguir caminando,
que ya no llueve.
Otra
posibilidad para el visitante, sobre todo si es un poco más tarde y
le apetece un té más a la antigua, es la casa de té Dame Cakes.
Lo dulce reina pero también sirven platos salados para el
almuerzo. Si vas en domingo, vas a tener que buscarte otros pues
estos dos cierran.
Hacemos ahora un paréntesis en el relato, para que no se haga cargoso, y volvemos en la próxima entrega con el final de nuestra caminata por Rouen, y la historia de Juana de Arco.Mantengan la sintonía!
Enlaces:
http://efivern.blogspot.com.ar/2014/12/normandia-francia.html
http://efivern.blogspot.com.ar/2014/12/normandia-francia.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Ruan
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