Luego de un buen desayuno en el hotel, salimos para nuestro recorrido... pero antes debemos llevar nuestra ropa a lavar. Son esas costumbres estético-higiénicas que uno tiene.
Nos
enteramos que el launderette más
próximo está, subiendo detrás del hotel, a unas pocas cuadras...
subiendo. Ufeando, porque nos demora la salida a ver las vistas
programadas, hacia allí nos dirigimos.
As Amoeiras, Lisboa, Portugal. |
Buscamos
un shopping, allí estará la lavandería... y nos encontramos con un
edificio espectacular, en medio de un nuevo barrio de una muy
especial y súper-moderna arquitectura.
En
esta zona, luego del famoso terremoto, el Marqués de Pombal hizo
plantar moreras (amoeiras), para dar de comer a los simpáticos
gusanitos que a su vez fabricarían la materia prima para las
hilanderías y tejedurías de seda que impulsaba para la ciudad.
Tenía muy claro que con las riquezas importadas solamente no era
suficiente y la gente tenía que trabajar en algo,
(la
famosa sustitución de importaciones es un invento antiguo) así que
se preocupó de patrocinar unos cuantos proyectos como éste. Con
éxito irregular, trató de industrializar un poco el país, en el siglo 18.
También
aquí llegaba un acueducto y hubo un tanque para almacenar agua para
la ciudad, que hoy es un museo.
Así
que, casi sin quererlo, visitamos una muy interesante zona que por
supermoderna quizá no hubiera estado en nuestras prioridades.
As Amoeiras, Lisboa, Portugal. |
Lo
único que espero es que no se les vaya la mano con la especulación
inmobiliaria y reemplacen todos los hermosos edificios antiguos que
también hay por allí...
As Amoeiras, Lisboa, Portugal. |
Ahora
sí, sin las bolsas que arrastrábamos, nos vamos para la Mouraría.
***
Ya que estamos en veta optimista, para la sección musical, cambiamos de registro y escuchamos una bella
poesía sobre los sueños y el optimismo: Pedra Filosofal, de
António Gedeão, canta Manuel Freire.
É uma constante da vida
Tão concreta e definida
Como outra coisa qualquer
Como esta pedra cinzenta
Em que me sento e descanso
Como este ribeiro manso
Em serenos sobressaltos
Como estes pinheiros altos
Que em verde e oiro se agitam
Como estas aves que gritam
Em bebedeiras de azul
Eles não sabem que sonho
É vinho, é espuma, é fermento
Bichinho alacre e sedento
De focinho pontiagudo
Em perpétuo movimento
Eles não sabem que o sonho
É tela, é cor, é pincel
Base, fuste ou capitel
Arco em ogiva, vitral,
Pináculo de catedral,
Contraponto, sinfonia,
Máscara grega, magia,
Que é retorta de alquimista
Mapa do mundo distante
Rosa dos ventos, Infante
Caravela quinhentista
Que é Cabo da Boa-Esperança
Ouro, canela, marfim
Florete de espadachim
Bastidor, passo de dança
Columbina e arlequim
Passarola voadora
Pára-raios, locomotiva
Barco de proa festiva
Alto-forno, geradora
Cisão do átomo, radar
Ultra-som, televisão
Desembarque em foguetão
Na superfície lunar
Eles não sabem nem sonham
Que o sonho comanda a vida
E que sempre que o homem sonha
O mundo pula e avança
Como bola colorida
Entre as mãos duma criança.
Qué
lindo esto último, no?
Siempre
que el hombre sueña,
El
mundo salta y avanza...
Cual pelota colorida
En
las manos de un niño.
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